Capítulo 9

2.5K 190 112
                                        

Eyes closed

Capítulo dedicado a sweet2pitufina 

[Para los que gustan de la música les recomiendo una canción de Halsey con el mismo nombre de este capítulo que de seguro los pone sensibles.]

Lucia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Lucia

Los ojos profundamente negros del japonés me miran sin pestañear, expectantes a lo que saldrá de mi boca. Por mi parte estoy más que segura que mi expresión es una mueca entre el horror y la incredulidad como si me hubiese pedido que me aventara de lo más alto de un edificio, aunque para ser sincera la opción se me hace mucho más amena tras lo que verdaderamente quiere de mí.

—Ni de coña —sentencio, mi tono más alto de lo que pretendo llamando la atención de varias chicas en el camerino. Nos observan queriendo saber el motivo por el cual me giro hacia el espejo dándole la espalda al jefe. Pretendo retocar mi maquillaje cuando todo lo que quisiera es matar a alguien con el propio risador de pestañas.

—Chicas necesito un momento a solas con Jade. —Pide haciendo uso de su amabilidad cuando bien podría sacarlas a patadas.

—Este es nuestro tiempo de descanso. —Se queja una y las demás la secundan sin moverse de su sitio.

—¡Afuera, ahora! —Esta vez sí demanda como lo que es, el dueño del club, y aunque un tanto reticentes todas salen dejándome en una encrucijada—. Jade. —Vuelve a hablar fijando su vista en mí a través del espejo—. Hazlo por mí, ¿sí?

Bufo anclando mis manos en el borde del tocador. Suspiro con la angustia creándome una pesada carga en la parte posterior del cuello. Agacho la cabeza escondiendo mi rostro tras los mechones de la peluca que caen hacia adelante, silenciosamente pidiéndole a Dios que me saque de esta.

—Hay un montón de chicas a tu disposición Hiro. —Le planto cara haciendo un gesto con la mano que abarca los puestos de mis compañeras—. ¿Por qué tengo que ser yo la que vaya al privado? Stella y Sunshine están con él, deja que se encarguen.

—Él pidió que fueras tú —explica y casi se me sale una risotada de pura histeria de mis labios.

¿Será hijo de puta? Por supuesto que tiene que restregarme su poder en la cara. Quiere hacerme saber que puede disponer de mí a su antojo porque ahora es el maldito Capo de Italia, pero a mí me importa una mierda. Estará acostumbrado a que le bajen la cabeza pero yo me paso su puesto por el mismísimo ojete. Además no estoy dispuesta a darle las respuestas que sé, está buscando.

—¿Y tú estás de acuerdo con eso? —Intento apelar a su lado regido por la testosterona.

—Solo le bailarás un poco, le advertí que no tiene permitido tocarte.

JADE [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora