GUERRAS DE AMOR Y SANGRE

PARTE I

- ¡Pero madre! Se lo pido por favor, usted sabe que ese siempre ha sido mi gran sueño

-He dicho que no Christine- habló madre- bien sabes que es un gran riesgo, teniendo en cuenta la pésima situación un la que nos encontramos

-¡Beneficiará a nuestra economía!

-¡Pero no a mí! ¡No a mí salud ni a mi paz mental! ¡Es una guerra, por Dios, Christine!

-Madre...-rogué

-Ahí te juegas todo, ¡Todo! ¡Te juegas la vida por nada!

-¡No por nada! Es MI sueño, ¡Quiero salvar a mi pueblo! ¿me escuchas madre? Y aunque usted no quiera iré, empuñaré una espada y venceré a quien se interponga en mi camino

-¿Que camino, el de la muerte?- sentenció colérica

-¡El de padre! ¡El tiene una de los cargos más altos!

-¡Es distinto!

-¡No lo es!

En ese instante, se oyó la cerradura de la puerta, seguido de unos pasos

-¡Estoy en casa!- se oyó la voz de padre cuando entró a la cocina.

Mi madre con los ojos rojos fue hacia él, padre la acogió entre sus brazos

- ¡Quiere ir a la guerra Bruce!- sollozó

Mi alma se oprimió al verla en ese estado, pero en verdad quería combatir

-Lo sé, Mary, lo sé...-

-¿¡Qué!?- dijo madre, separándose del pecho de padre- ¡lo sabías! ¿Eh? ¡Y no me dices nada! - él bajó la cabeza- ¿Y qué le has dicho?-

Mi padre me miró y yo a él

Ella entendió lo que significaba nuestra mirada, corriendo hacia las escaleras del piso de arriba mientras cogía su falda para no caer, llorando y con el corazón en un puño, mi padre fue tras ella.

Minutos después emprendí el mismo recorrido que ellos, oprimiendo mis lágrimas al ver la tristeza de madre

Pasé por la habitación de Loria, mi hermana mayor, que estaba peinandose por cuarta vez en toda la mañana, la mirada furtiva que me dedicó me señaló el gran desacuerdo en el que estaba conmigo

Oía a mis padres discutir en su habitación

Me acerqué para escuchar mejor

-¡Va a la gerra Bruce! ¡A la guerra! ¡Mi hija!

-Mary...

-¿Es que no lo ves Bruce? ¡Quiero protegerla! ¿Por qué no es como Loria? Una chica sencilla que no tiene tantas alucinaciones disparatadas-

Eso fue como una daga directa a mi corazón, odiaba que me comparasen con mi hermana. Más si era mi madre

Siempre lo han dicho, Loria era perfecta, una mujer alta, con su hermoso pelo rubio, liso y sedoso, con los ojos más azules que el mismo océano, sin una imperfección ni una sola mancha, sencilla y educada, deseando tener un anillo en el dedo anular, mientras yo era completamente opuesta.

Del mismo tamaño que un bastón, con el pelo rojo como el fuego, además de terriblemente abundante y rizado, ojos grises como el cielo en días lluviosos, la piel llena de manchas, pecas y lunares, sin hablar de mi actitud, según la gente rebelde, maleducada, e inapropiada para una dama. Estoy en completo desacuerdo en que juzguen a la gente sin conocerla, lo que en realidad quiero es luchar por los míos en estos momentos tan difíciles

-Porque es como tú y como yo- respondió mi padre- Loria es una buena chica, pero no es Christine. Ella aspira a más, aspira a proteger a la gente porque ama. Igual que tú la amas y la proteges a ella. Christine merece poder escribir su propia historia, y el escenario que ella ha elegido es el campo de batalla así como yo. Yo la apoyaré en todo lo que ella decida, por mucho que me duela dejarla ir, aún sabiendo los riesgos que tiene, es su decisión, su futuro. Su objetivo no es casarse con un hombre rico y beneficiarse de su dinero, a cambio de un par de hijos, Mary. Su objetivo es defender débiles, proteger a su gente y a su pueblo, incluso si debe dar su vida por ello- finalizó mi padre, er aún mar de lágrimas cuando abrí la puerta de la habitación, dejando ver a mi madre en el mismo estado que yo

Mi madre vino corriendo hacia mí y me obsequió con un abrazo maternal que recordaré toda mi vida

-Te quiero mamá- susurré entre lágrimas

-Y yo a tí hija mía, pero antes de tomar una decisión debes prometerme algo

-Lo que desees madre

-Prometeme que pase lo que pase, volverás a casa

La miré a sus acuosos ojos celestes y asentí

-Te lo prometo mamái