Chocolates de San Valentin

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Advertencias/ Trigger Warning: Ninguno

Tag adicional: San Valentin

Pairing: TodoBaku

Palabras: 3071

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Resumen: Tres ocasiones en las que Katsuki quiso regalarle chocolates a Shōto.

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La primera vez que trató de darle chocolates en San Valentin fue en primer año. Y no por razones que la fecha en especial pedía.

Solo era un agradecimiento, muy a su manera, por haber sido de los primeros en querer salvarlo de su secuestro. Si, habían pasado meses desde ello, pero realmente nunca le agradeció como tal, incluso con Kirishima se sometió a vergonzosas semanas de arduo trabajo para darle el dinero que invirtió en poder ayudarle. Con Todoroki, apenas y empezaban a llevarse bien, al menos ya no se refería a el con un apodo.

Era un avance, es de los pocos junto a Eijiro e Izuku que compartían ese privilegio. Aunque lo de Izuku sólo es cuando están solos porque aún no podía con su orgullo del todo.

Y bien, el catorce de febrero no era exclusivo de las parejas, sino de amigos. ¿No? Y al idiota le gustaba la idea de tener amigos, así que se los daría con ese propósito para alegrarle el día y así su pecho ya no lo jodería por la culpa de sentir que le debía algo.

Con el plan en mente se dispuso toda una noche, cuando todos estaban dormidos, en poder hacer el dichoso regalo. Fue más complicado de lo que pensaba. En general hacer dulces es más tedioso que cualquier platillo salado, así que tuvo que ver a prueba y error hasta que le saliese algo decente. No iba a comprarlos, diablos no. Katsuki podía con el reto incluso si era su primera vez intentándolo.

Se levantó lo más temprano que pudo, no por que quisiera, sino porque dentro de él sentía que su ansiedad crecía a cada segundo. Ugh, no sabía que le pasaba y odiaba actuar como un tonto adolescente con problemas. Lo era, claro, pero no quería que hasta su propio cuerpo y cerebro se lo recordaran. Suficiente con sus regulares visitas al psicólogo, gracias.

Los chocolates estaban perfectamente colocados en una cajita decorada que consiguió en una tienda de regalos días atrás. La única caja con una forma que no fuese un puto corazón que encontró. Parecía que lo intentaba intimidar con su inexistente mirada y diminuto tamaño.

¿De verdad estaba sintiéndose ansioso por una jodida caja de chocolates?

—Putamadre.

Y como siempre hacía cuando tenia los nervios a flor de piel, empezó a soltar varios insultos mientras se aseaba y vestía para bajar y salir de los dormitorios con el dichoso obsequio.

Ya lo había planeado, se lo iba a dejar, si...

En su casillero.

No era porque la idea de dárselo personalmente le daba vergüenza. ¡Ja! El no era un miedosito. Claro que no.

... A lo mucho solo no quería que la caja termine llena de olor a nitroglicerina por culpa de tanto tenerla en sus manos y una posible Mina molestándolo el resto del día, o semana, dependía de sus ganas de joder y los pocos deseos de vivir del momento.

El casillero de Todoroki estaba vacío cuando dejó la caja, así que no tenia porqué sentirse abrumado por ello. Es decir, no era como si le estuviese diciendo que lo amaba o algo. Para nada. Era el tonto mitad mitad para Katsuki, el baboso con Daddy issues que le gustaba colmar su paciencia de forma inconsciente y que perfectamente le hacía competencia a Kirishima con su carita de perro regañado cuando quería algo.

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