capitulo XIII

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Me sentia extraña, como si no estuviera en mi propio cuerpo, como si fuera otra persona, aunque supongo que asi es la adolescencia para todo el mundo, Miguel estaba durmiendo profundo y se veia tan dulce que no quise despertarlo, ademas si lo despierto me sera dificil llegar a la escuela, me prepare y sali de casa.

Caminando por los pasillos mientras escuchaba musica como de costumbre, Cecill no habia venido a la escuela por lo que el dia inspiraba paz y tranquilidad, aunque no duro mucho.

Al llegar a mi salon me sente en mi asiento y comenze a sentirme mal.

Cada vez me sentia mas extraña en mi cuerpo, como si fuese otra persona, me sentia mareada y algo torpe, me pesaba el cuerpo y mi vista estaba borrosa, supe que estaba en problemas cuando escuche una voz en mi conciencia.

--Buenos dias Gabriela--

La voz de Cecill resono dentro de mi cabeza y yo la sacudi de lado a lado ¿acaso me estoy volviendo loca?

--No, no estas loca--

Mis ojos se abrieron como platos.

¿Pero que mierda?

--¿Recuerdas nuestra apuesta? Tenias que darme algo y decidi tomar tu cuerpo--

--Pero que mierdas dices maldito bastardo, sal de mi ahora--

--Ahh lo hare, pero antes--

Trague en seco y mis mejillas se ruborizaron levemente.

¿Que demonios haces?

¿Crees que no se lo que haces a medianoche cuando no puedes dormir?

Me quede en silencio pensando en todas esas noches en las que me temblaban las piernas por que me consumia el deseo y el calor invadia todo mi ser hasta que me quedaba roja y humeda.

Todas esas fantasias, se todo lo que te gusta Gabriela, conozco todo lo que te hace gritar, se que te va encantar

Senti una presion en mi entrepierna y rapidamente cubri mi boca, trate de levantarme pero en cuanto lo hice Cecill me dijo.

--No te muevas o sera peor para ti--

Me quede sentada y cuando pense en destapar mi boca la sensacion invadio mi cuerpo, el cosquilleo viajaba por todo mi ser, recordaba la sensacion pero se sentia algo diferente, se sentia mucho mejor que cuando lo hacia yo misma.

No tarde ni 2 minutos en empaparme y ponerme toda roja y esa sensacion de placer no se detenia, en un descuido comenze a sudar y se me escapo un gemido, tape rapidamente mi boca pero mi mano se movia por su propia cuenta y no podia soportarlo, tenia las piernas cruzadas y las estaba apretando fuerte, tratando de evitar que se sintiera tan bien pero por mucho que lo intentaba se volvian a abrir solas.

--No tienes que resistirte, se que te mueres de placer ahora mismo--

Al diablo con todo, me levante de mi silla y corri al baño lo mas rapido que pude, me encerre en un cubiculo y deje salir todo lo que habia acumulado, mis gemidos se escapaban de mi boca mientras mis ojos se cerraban para dejar salir el elixir caliente de mi.

Ok, quiza ya es tiempo de que lo vea como un problema, tuve un orgasmo en la escuela.

--¿Y? ¿Se sintio bien?--

--Me las vas a pagar maldito--

Cecill abandono mi cuerpo y me senti cansada todo el dia, cuando llegue a casa, entre a la ducha de inmediato y me di un baño pensando en lo que habia sucedido, tenia que ponerle un fin a esto, tenia que alejar todas las tentaciones de mi y con eso tambien a Miguel.

Al salir del baño fui a buscarlo para hablar con el, no estaba en la habitacion por lo que me alarme bastante, vi una ventana abierta que llevaba al techo de la casa, al subir me encuentro a Miguel por lo que me siento junto a el.

--Que haces aqui arriba tu solo--

--Cuando te vas a la escuela me gusta mirar el cielo--

--¿A si? a mi tambien me gusta el cielo--

--¿Por que?-- me pregunto mientras miraba las estrellas.

Le señale una estrella que brillaba incandecida y le dije.

--¿ves esa de alli?-- el asintio con la cabeza.

--Ese es mi papa, me gusta el cielo por que a la hora correcta puedo verlo y hablar con el--

Suspire bajando la cabeza.

--¿A ti por que te gusta el cielo Miguel?--

--No lo se, siento que estoy conectado a el de alguna manera, siento como si hubiese olvidado algo muy importante--

Me asuste mucho con su respuesta, si Miguel recuerda quien es.

--No te preocupes-- le di un abrazo recostando mi cabeza en su hombro.

--Es que, no se quien soy--

--Tonto, eres mi Ángel--.

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