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Violencia, sangre, asesinato

Jimin miraba al hombre frente a él, amarrado a una silla mientras dormía, lo más seguro es que luego el cuello le dolería a horrores. No se habían molestado ni en curarlo, la sangre seca en su rostro y los hematomas eran una clara respuesta.

Aún así, los ojos del omega, que se encontraba sentado en una silla con una pierna sobre la otra y de brazos cruzados, no mostraban ni una pizca de empatía. Se hallaban oscuros, vacíos.

Sin sentimiento alguno.

Solo bastó un chasquido para que los guardias que resguardaban la fábrica se acercaran y con una cubeta de agua despertaran al alfa. Se sobresaltó a primera instancia, luego soltó un quejido e hizo lo que pudo para abrir sus hinchados rostros.

—¿Dónde...? —miró a todos lados, asustado—. ¿D-Dónde estoy?

—¡Bienvenido al Disneyland! —el hombre se sobresaltó cuando escuchó la voz de Jimin y no tardó en enfocar sus ojos sobre él, tragando en seco cuando vio la amplia sonrisa sobre su rostro—. Donde tus sueños se hacen realidad.

—Maldito bastardo —el alfa gruñó, observando repentinamente encolerizado al pelirrosa que ahora lo observaba con aburrimiento—. ¡Suéltame ahora mismo! ¡¿Quién te has creído para...?!

—Más bien —Jimin interrumpió—. ¿Quién te has creído tú para venir y arruinarnos el día a nosotros, Kim Soohyun? —ver al hombre tensarse hizo que su sonrisa se volviera a expandir—. ¿Qué? ¿Creíste que no te investigaríamos? —soltó un risa burlesca.

—Creo que el que debería estar preocupado es otro —ahora fue su turno de sonreír, con arrogancia—. Ya envié un mensaje diciendo dónde estaba.

—Borramos todos tus mensajes y te quedaste sin batería antes de entrar a Stigma —esta vez habló Taehyung con el aburrimiento y el cansancio marcando su voz. Desde su lugar, metros más atrás de Jimin y al lado de Seokjin, observó con desagrado a Soohyun—. No somos tan inútiles como tú.

El ambiente se llenó de silencio, Jimin pudo sentir su desagradable aroma acompañado del miedo que ahora estaba sintiendo. Y eso solo hacía que quisiera sonreír.

Más y más.

—No pienso matarte —soltó Jimin, apoyando uno de sus brazos sobre su rodilla e inclinando su cuerpo ligeramente hacia adelante. Sus cabellos rosados cayeron a un lado conforme su rostro se ladeó—. Pero primero quiero saber algo, ¿cómo mierda llegaste hasta aquí? ¿Por qué me estabas buscando?

Soohyun sonrió—. ¿No que habías investigado todo sobre mí?

La paciencia de Park se estaba agotando. Por ello, no dudó en sacar la navaja que tenía escondida y apuntarla contra su cuello. Sus miradas se encontraron y ambos tenían sus facciones endurecidas, cada uno cargando con su enojo.

El ambiente pasó a estar a otro nivel.

—No estoy para juegos, imbécil —masculló Jimin—. Así que más vale que cantes por tu cuenta antes que te obligue a hacerlo yo.

—Claro, debo tenerle miedo a un criminal como tú, ¿no es así? —el entrecejo molesto de Jimin se pronunció más, pero la confusión ahí estaba—. Jimin, Jimin... —Soohyun hizo lo que pudo para estirar su rostro y llegar al oído del pelirrosa, que no se movió ni un poco—. ¿Quién en la tierra estaría tan interesado de encontrar a su pequeño omega?

El corazón de Jimin cayó a sus pies.

—¿Estás feliz con lo que le hiciste a papá? ¿Puedes dormir por las noches aún sabiendo lo que le hiciste? —murmuró con una sonrisa que hizo temblar al pelirrosa. Pudo sentir como el contrario aspiraba su olor, soltando un suspiro gustoso—. ¿No sueñas con su rostro? ¿No te trae remordimientos cómo lo dejaste?

Sinners ⟢ kookmin auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora