O.24

3.2K 421 113
                                    

No tuvo el coraje de acercarse a la mesa de Heeseung por temor, el temor que tenía de romperse a llorar en ese mismo momento.

Pero claro, Yewoo estaba demasiado triste y decaída para darse cuenta de que Ni-ki no había asistido a la escuela al día siguiente.

— ¿Alguien sabe algo sobre Ni-ki? — Jake preguntó al sentarse en la mesa con su almuerzo en las manos. — Ayer le marqué varias veces pero nunca me contestó.

— Yo hablé con su mamá, me dijo que llegó muy tarde de la escuela y solamente se encerró en su habitación. — Sunoo comenzó a recorrer el lugar buscando a una chica pelinegra muy familar.

— Yewoo se ve triste hoy. — Heeseung comentó algo preocupado al seguir la mirada del menor y observar a la pelinegra tres mesas alejada de ellos con su cabeza en la mesa y sus ojos cerrados.  —

— Espera un momento... — Jungwon miró varias veces a la chica y después miraba a la mesa, pensando en demasía, algo debe de haber pasado. — ¿Será que algo pasó entre ellos dos?

— Sería lógico. — Sunghoon le dió la razón.

— ¿Y sí vamos a preguntarle? — Jay preguntó, comenzando a levantarse de su lugar dispuesto a ir por la de flequillo pero un empujón lo dejó a como estaba en el principio.

— Ni lo piensen, muchachos. — la voz de Dahyun, que normalmente se escuchaba como un megafono, esta vez se escuchaba sería y a un nivel normal. — No se les ocurra tan siquiera decir Japón frente a ella, porque llora.

— ¿Tan fuerte fue su pelea? — Heeseung, con cada segundo que pasaba se preocupaba aún más por la chica. No estaba siendo un buen hermano no de sangre para la pelinegra.

— ¿Fuerte? Pff. — La castaña movió su mano varías veces, quitándole el peso al asunto para los seis chicos. — Él terminó con ella.

— ¡¿Qué?! — Los seis gritaron en conjunto, llamando la atención de todos en al cafetería, menos la de Yewoo.

— ¡¿Qué?! — Los seis gritaron en conjunto, llamando la atención de todos en al cafetería, menos la de Yewoo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


— Sé que estás ahí, ¿Puedes abrirme la puerta? — Sunoo tocó la puerta dos veces más.

Habían llegado a la casa de Yewoo una hora después de su salida de clases. Tenían muchas cosas que decirle, en una de esas darle algo, una carta que Ni-ki le había dado una hora antes, en la salida de la escuela. No quisieron leer aquella hoja, por más chismosos que fuera, respetaron la ocasión y fueron a casa de la pequeña a la que el tomaron cariño en estos últimos seis meses.

— Trajimos helado~ — Jake alzó un poco más la voz, por si ella no les había escuchado.

— Ya te escuchó. — Heeseung, el cual tenía una oreja pegada en la puerta, susurró. Podía escuchar un poco de lo que pasaba dentro en la habitación y la verdad es que no pasaba nada.

Sólo escuchaba los pasos de Yewoo por la habitación.

El ruido se hizo cuando Heeseung cayó al suelo al momento en el que Yewoo les decidió abrir la puerta y dejarlos pasar, él gritó increíblemente alto llegando a mi en la 8ª octava.

— Hola... — trató de sonreír para sus amigos, pero solamente le salió una mueca fea y las ganas de llorar volvieron.

— Mira que fea te ves. — Jay entró a la habitación después de acariciar la cabeza de la pelinegra, aquello hizo recordarle a Ni-ki. Bien, nada estaba yendo como pensaban.

— Pues, pasen... Ya qué. — murmuró lo último y les dejó pasar.

Los seis pensaban que el lugar estaría roto o desordenado, pero bueno, Yewoo era Yewoo y todo estaba aún más ordenado que la última vez que fueron de visita.

— Es bueno que vengan.

— Queremos darte algo. — Sunoo habló decidiendo cortar la tensión que había en el aire, rebuscó en su mochila la linda carta del rubí dirigida a ella pero tardó un poco en encontrarla.

— ¿Por qué no nos contaste que su relación se acabó? — Heeseung se apresuró, tocando el tema sensible en el corazón de la pelinegra. Yewoo asintió varías veces con su cabeza.

— Los siento, pero sentía que sí me acercaba a ustedes él estaría ahí, y no le quiero ver por ahora...

— Bueno, de eso ya no te tienes que preocupar, eh. — Jungwon sonrió, jugando con algunas decoraciones en el escritorio de la pelinegra. Pero aquello que dijo, le causó curiosidad a la chica, por lo que preguntó:

— ¿Qué? — miró a todos los chicos, los cuales le miraban con pena, la mirada que nunca le había gustado, la mirada que le recordaba el momento en el que encontró el cuerpo de su hermana tirado en el suelo lleno de sangre. Sintió sus ojos cristalizarse.

only you ↺ n. ni-ki.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora