Cicatrices (Supercorp-historia corta)

Final.

El recorrido de dos meses había sido veloz, el caso de los Liberadores estaba resuelto gracias a Kara Danvers y con ellos personas bajo peligro de suicidio fueron salvadas dónde ahora asistían a especialistas y algunos hasta le sonreían a la vida con más esplendor que antes.

Aunque no todo fue mejor luego de eso, Kara Danvers fue ascendida al rango de Sargento y genial, se convirtió en la mano derecha de Cat pero lo raro es que nunca sale de su nueva oficina.

Traté un sinfín de veces hablar con ella pero solo he recibido rechazos y excusas, luego de dos meses buscando a esa rubia idiota me había cansado.

— ¿Qué asquerosidad comiste ahora? — indagó Sam sosteniendo mi cabello mientras yo lanzaba el desayuno. Cabe aclarar que he tenido el estómago muy sensible y todo lo que como lo vómito tan rápido toca mi garganta, me sentía tan mareada luego de jalar la cadena y ver como el agua se llevaba mis donas mezcladas con café.

Lavé mis dientes y mi rostro ya que tenía rastro de lágrimas y mocos ¿qué? a todos se nos salen los mocos cuando lloramos, superenlo.

— Tengo ganas de comer pepinillos con miel — solté finalmente luego de unos minutos en silencio, Sam me miraba atónita como si hubiera dicho una barbaridad y posteriormente se acercó para posar una mano sobre mi frente.

— Algo tienes porque estás fatal — fruncí el ceño cuando sonrió asombrada, mi mejor amiga caminó conmigo de la mano hasta los casilleros dónde se encontraba nuestra ropa — Quítate esa camisa que hueles a vómito de alcohólico — solté una risita burlona y procedí a sacarme la camisa, quité el seguro de mi casillero pero mi paquete de tampones se cayó casi como si fuera una señal Sam soltó un chillido agudo.

— ¿Qué? — dije confundida. Guardé el paquete de tampones en el mismo lugar y fue como recibir un golpe en la cabeza.

— ¿Hace cuánto no te baja... — azote la puerta del casillero asustada.

¡No, no, no!

— Lena — sentí nuevamente ganas de vomitar pero está vez era de tantos nervios que tenía.

— Es imposible. Nos hemos cuidado, lo juro — comencé a dar vueltas en círculos, el aire se sentía tan espeso con este ambiente — ¡Maldita sea, nos hemos cuidado!

— ¡Cálmate, imbécil! — Sam paso su mano por su cabello con nerviosismo, ambas nos sentíamos confundidas por la irreal situación — ¿Cómo se han cuidado? — preguntó finalmente.

— Usábamos condón. ¡Tomo pastillas, Sam!

— No seas imbécil, sabes que las pastillas no son confiables — ella comenzó a dar vueltas al igual que yo — ¿Se rompió algún condón? — negué rotundamente.

— Oh.... — un recuerdo de hace dos meses se hizo presente en mi mente — ¡La cagué!

— ¿Cómo? ¿Qué pasó, Lena Keiran Luthor? — Sam frunció el entrecejo.

— Lo hicimos en el baño y ella no traía condón y le dije que acabé den... — recibí un zape de mi mejor amiga.

— ¡Descuidada! ¡Hormonal! — la miré con ojos de cachorrito

— Olvidé la pastilla del día siguiente — Sam soltó una carcajada.

— Si fueras mi nuera diría que es muy conveniente que quedarás embarazada — fue mi turno de golpear a Sam.

— ¡No soy una aprovechada! — mi mejor amiga sonrió con ternura y me envolvió en sus brazos — Iremos por un test y nos sacaremos de dudas, pulgarcita — asentí desconfiada porque no quería parecer una amarra personas.