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── ¡CAPÍTULO SIETE! ❛ único en su clase ❜
SINTIENDO UN LIGERO toque trazando sus rasgos, los ojos de Sun-Oh se abrieron y se enfocaron en Na-Ri, quien lo miraba fijamente mientras su dedo índice se cernía sobre sus labios.
Retrayendo su mano, Na-Ri se alejó de él y preguntó:──¿Te desperté? Lo siento...
Sun-Oh negó con la cabeza ligeramente, ofreciéndole una sonrisa──. Buenos días ──la saludó, estirando la mano para colocar un mechón suelto de su cabello detrás de la oreja.
──Buenos días ──respondió Na-Ri, con una suave sonrisa jugando en sus labios──. Dormir en el cine fue sorprendentemente mucho más cómodo de lo que pensé que sería.
Cuando se sentó, Sun-Oh tarareó en acuerdo──. Lo fue ──dijo, haciendo una pausa por un momento antes de agregar en voz baja──. No he dormido tan bien en mucho tiempo. Gracias.
La sonrisa de Na-Ri se amplió un poco mientras se inclinaba hacia adelante y envolvía sus brazos alrededor de él, descansando su barbilla en su hombro ligeramente. Cuando él la rodeó con sus brazos para acercarla más a él, ella dijo suavemente:──. De nada. Gracias a ti también. No he podido dormir bien desde hace un tiempo. Pero contigo aquí a mi lado, dormí bien, muy bien. Así que gracias.
Sun-Oh sonrió mientras pasaba la mano por su cabello, amando la sensación de suaves mechones oscuros deslizándose entre sus dedos.
──Eres bienvenida.
⚘
LA PAREJA CAMINÓ lentamente de regreso a la casa de Na-Ri mientras se tomaban de la mano y entablaban conversaciones ligeras de vez en cuando. Sin embargo, la mayor parte del tiempo permanecieron en silencio y disfrutando del consuelo que les brindaba la compañía del otro.
Cuando finalmente se detuvieron junto a la cerca que rodeaba la casa que parecía una cabaña, Na-Ri se volvió para mirar a Sun-Oh mientras tomaba su otra mano con la que tenía libre para sostenerlos a ambos.
──Muchas gracias por lo de ayer ──dijo ofreciéndole una sonrisa amable──. Y por hoy también, gracias. Fue una primera cita maravillosa que nunca olvidaré.
Sun-Oh le devolvió la sonrisa mientras le apretaba suavemente las manos──. Yo tampoco. Realmente fue increíble... gracias también. Mantendré el recuerdo en mi corazón para siempre.
Lentamente se soltaron las manos, Sun-Oh observando a la chica de cabello oscuro mientras cruzaba la puerta y subía por el camino hacia el porche de su casa. Ella se dio la vuelta, saludándolo con una sonrisa en su rostro.
