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Xiao Heng perdió los recuerdos. Parte 2

Mientras estábamos en la misma casa, en el pasado, siempre había sido él el que dormía y yo el que se desperezaba, porque no le gustaba. Ahora sí le gustaba, por lo que la forma de interactuar con el otro también debería haber cambiado.

Prácticamente se sintió derrotado por mis últimas palabras, y bajando la cabeza, se sentó a mi lado, sin hablar.

"Quiero ver algunas fotografías, fotografías de nosotros juntos estos últimos años". Le tendí una mano, "Y tus nuevos álbumes, fotos, pósters. Tráelos todos".

"¿Para qué?"

"Para recuperar mis recuerdos, y... quiero verlos".

Tenía curiosidad, curiosidad por saber cómo eran los días felices de Xiao Heng y Luo Yuchen juntos, una curiosidad extrema.

Así, lo único que pudo hacer fue bajar la cabeza, desanimado, antes de ir a traer un montón de cosas. Las abrí con impaciencia, y el contenido del interior estaba realmente lleno de cosas inimaginablemente bellas. También había fotos.

"¿Oh? ¿De quién es este perro? Qué bonito. ¿Por qué le has pisado la cola? ¡Mira lo enojado que parece!"

"Es el 'zorro' de Fang Shuyi. Su familia lo compró el año pasado. No hables de ello. Ese estúpido perro sólo sabe morderme los pantalones y lanzarse a por un abrazo, y no sé con qué malas intenciones lo entrenó Fang Shuyi. Lo que más odio es ese perro".

Parecía que él y Fang Shuyi seguían sin llevarse bien incluso después de siete años.

Volví a pasar unas cuantas páginas más: "Entonces, ¿qué pasa con éste? ¿Por qué la cara de Xiao Lu estaba dibujada como un panda?"

"¡Quién le dejó emborracharse y empezar a abrazarte y besarte frenéticamente en aquella fiesta de cumpleaños!"

"¿Ah? ¿Tú hiciste esto?"

Me miró con desprecio y luego pasó la página. En la siguiente página, me reí aún más. El Luo Yuchen de la foto sostenía un gran perro de peluche, con una expresión de desgana, y la expresión del perro era de timidez, extrañamente similar a la suya.

Volvió a poner los ojos en blanco, con una expresión de descontento.

Después de eso, hubo muchas más fotos, con bastantes paisajes de playas de arena de varios países y castillos antiguos. Parecía que ya habíamos viajado muchas veces por distintas partes del mundo.

Pero al mirar, descubrí que la hora de esas fotos era casi toda de los dos últimos años, así que le pregunté: "¿Entonces qué pasa con las fotos anteriores a ésta?".

Su rostro se volvió inesperadamente feo y me miró con recelo. Parecía como si quisiera decir algo, y su expresión cambió varias veces antes de que de repente pareciera cambiar sus palabras: "¿No te da vergüenza preguntarme esto?".

"¿Eh?"

"¡Todo fue por ti!" Reveló sus afilados dientes caninos, "Ese año, discutiste conmigo y dijiste que querías romper, ¡así que tomaste todas nuestras fotos y las quemaste!"

...Eso no podía ser. Realmente no podía creer que pudiera hacer algo tan despiadado y bárbaro como eso.

¿Las quemé todas? ¿Quemé cosas tan preciosas? ¡Cómo es posible! Pero realmente no parecía estar bromeando, así que... ¿podría ser que yo hubiera cambiado en estos últimos años? ¿Me había vuelto arrogante por sus mimos y, por tanto, despiadada con mis emociones? ¿Y porque él me amaba, me sentía capaz de actuar desenfrenadamente con él?

No importaba lo que fuera, ¡el yo de ahora ni siquiera se atrevía a imaginar el tipo de yo que era capaz de hacer ese tipo de cosas!

"¡Y las cosas terribles que hiciste ni siquiera se limitaron a esto!"