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- Lo siento por mí mamá, a veces las charlas con ella se vuelven un poco... Incomodas- decía luego de salir de la casa-

- no importa, todas las madres son así-

-supongo- ambos estaban viendo al suelo, el ambiente se había vuelto tenso luego de eso. Ninguno sabía que decir- entonces.. ¿A que viniste?-

-no es nada, solo quería darte esto- Le entregó la carpeta con los apuntes que tenía guardados-

- oh, gracias. No quería preocuparte-

- no es nada, en serio- ese interminable silencio volvió a hacer presente, nunca antes les pasó esto, pero luego de tantos días sin verse supongo era entendible- yo... Ya debo irme.

- no te vayas, puedes quedarte unos minutos más- tomó su mano mientras le veía a los ojos, con esa hermosa sonrisa. Aunque esta vez se sentía diferente

-debo irme kai, podemos vernos mañana- luego de un suspiro el chico soltó un débil  "esta bien"  antes de que ella se fuera.

Desearía no haber ido a casa

Al llegar a casa había un lujoso carro que claramente no era de ellas. Se extrañó aún más al ver la casa tan limpia e iluminada; era realmente raro no llegar y sentir ese fuerte olor, aún más raro que hayan tantas luces cuándo normalmente solo esta prendida la de la cocina y una que otra vez la del pasillo. Fue al baño, estuvo ahí un buen rato hasta que tocaron la puerta.
Al abrir un completo desconocido -de mas o menos su edad- se encontraba frente a ella

-hola, maya ¿Cierto?- el chico le sonrió, aunque ella no pudo verlo debido a que en ese momento salió del baño yendo directo a su habitación- pensé que serías más agradable-

-pensaste  mal-

-¿No piensas bajar?- Preguntaba mientras Maya, quien iba caminando se dió la vuelta a mirarlo.

-¿Acaso tengo que bajar?-

-yo diría que sí-

- púdrete- salió rumbo al comedor donde se encontraba su madre-

-¡Hija! Te estabamos esperando- decía mientras la recibía en un --frio-- abrazo- ella es maya, mi hermosa hija. Ven may, sientate- la mujer acomodo la silla para que su hija se siente en ella

- Nicolo, ella es mi hija. Verdad que es tan linda como su madre- mentira ella siempre se molestaba con ella solo porque decía que era parecida a su padre-

- es una joven muy linda. Maya, yo soy Nicolo, el novio de tu madre. ¡Es un placer por fin conocerte!-

-ya era hora, hace dos años venía hablando de ella y jamás la presentaba- decía ahora una preciosa joven castaña mientras veía a los ojos a la nombrada-

- lo siento chicos, es que.. ella estaba viviendo con su tía en otra región-

-¿Eh? Estuve aquí todos estos años- Maya, quien no entendía nada en este momento solo queria correr lejos-

-estar tanto tiempo en tu habitación te afectó la cabeza. Claro que fuiste a la casa de tu tía. Fue tan difícil estar sin ella pero era lo mejor. No se imaginan lo que sufrí sin tener a mi niña cerca-

luego de esa inentendible conversación la cena siguió con ellos -excepto maya claro- charlando de cosas triviales. Al parecer Nicolo tenía dos hijos de la edad de Maya, se llamaban Mirian y Lucas; eran mellizos.

Ellos fueron a su casa en medía noche. Finalmente -o mejor dicho para su mala suerte- quedaron solas en la sala

- más te vale no arruinar esto-

- ¿q-que cosa? -

- mi vida, otra vez- Maylin, su madre la miraba a los ojos. Pero luego simplemente pasó de ella para restar la importancia de sus palabras- van a vivir con nosotras, vienen el martes -exactamente en dos días- Mirian dormira en tu cuarto porque solo tenemos tres habitaciones-

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