recuerdos

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Kris se fue y yo quedé sentado en el parque, mis padres adoptivos me esperaban aunque claramente al ser adoptado y no tener memoria de nada era lo que yo denominaba familia y los amaba pero siempre estaba la sensación de extrañar algo, de querer a alguien, quizás en el camino de buscarme a mi mismo esas escenas en las que yo llegaba tarde con alguna excusa y ellos fingían creerme por darme mi espacio, de cualquier manera lo más cerca que había estado de recordar era la lechuza, aquella lechuza tenía un raro símbolo que yo trataba de recordar pero no lograba encontrar los fragmentos perdidos, suspiré y empecé a comer una paleta de dulce y camine lentamente a casa, Kris era divertida y estar con ella ese día me trajo paz y algunos pensamientos de calma para planear los siguientes movimientos, con eso en mente llegué a casa, mis padres no estaban y eso no era común, aunque pensé que quizás estaba paranoico y solo habían ido de compras, fui hasta la cocina y me prepare lo que definiría como cena, papás fritas y salchicha con un vaso de gaseosa, mientras comía note algo raro, en la mesa había un símbolo que antes no estaba, parecía la marca de un golpe, mire mejor al rededor y faltaba un cuchillo, cene más deprisa y probé a marcar a mis padres, no contestaban, eso cada vez era peor, y fue cuando lo ví, frente a mi estaba aquel maldito lobo con un trozo de ropa que yo reconocía el lobo desapareció en un brillo como antes y en dónde el estaba había una nota envuelta en un pedazo rasgado de tela, me acerque a tomar la tela y note la carta, la leí y con irá apreté mis puños, subí rápidamente a la habitación de mis padres, siguiendo las instrucciones abrí el cajón que tenía prohibido, la llave siempre la tenía yo pero la regla era nunca ver qué había dentro, por primera vez abrí aquel pequeño cofre, eran 3 curiosos objetos, un libro, un reloj de bolsillo con un raro brillo azul y un silbato con el mismo grabado que aquella lechuza, todo era más raro, suspiré, las instrucciones eran simples lo que hubiera en esa caja me ayudaría a salvarlos, porque entonces no había un GPS o algo para localizarlos, era algo injusto, volví al lugar donde desapareció el animal, trate de ver signos de que estuvieran heridos, pero no los había, el que no hubiera sangre era algo que me aliviaba, si no los mataron para dejarlos de señal de peligro los tienen con vida porque me necesitan, mi mente trabajaba tan rápido como podía, tome mi mochila con aquellos objetos que estaban en el cofre y guardando todo pensé a dónde iría, suspiré hondo y decidí que ir a algún lugar era absurdo pero quizá el libro tuviera algo de información valiosa, así que me propuse a leerla en el tiempo más corto posible, pasaron cerca de 12 horas, finalmente había terminado el libro, eran las 9am debía estar en la escuela pero ese era el menor de mis problemas, encontré mucha información sobre los atem, leyendas, historias, familias atem, lo más importante al final de todo había una carta de mis padres, no aquellos que me adoptaron, mis padres de verdad, finalmente entendí, lo que debía hacer era entender de dónde venía, quién era y como usar mis habilidades para encontrar a mi familia y a mi familia adoptiva, supongo que eso era difícil pero yo debía hacerlo y empezaría por el lugar donde los primeros atem empezaron a probar sus habilidades tan raras, un lago, según el libro era el lugar correcto porque el agua marcaría el cambio en el tiempo al detenerse y también absorbería el impacto que representa el usar una habilidad en el tiempo, me fui al lago más cercano debía empezar por controlar mis emociones así que me senté a meditar y esa sería mi tarea por un buen tiempo.

A Través Del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora