Nadie en casa.

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– Que bueno que llegaste Sap, Clay nos invitó a una fiesta en su casa esta noche, ¿irás? – dijo George mientras con una de sus manos tapaba los fuertes rayos del sol.

– No podre ir. – respondió sapnap al instante, mientras se sentaba sobre la caliente superficie de la cancha.

– Te dije, George, a Sapnap nunca lo dejan salir, quien sabe que extrañas costumbres tienen sus padres al no dejarlo hacer lo que él quiere, ya es mayor de edad. Como rayos aguantas vivir ahí, yo ya me habría escapado o los hubiera matado si era necesario. – Comentó Alex de manera sarcástica las últimas 6 palabras.

La idea de escaparse no era nada mal pero no tenía los medios y tampoco soportaría vivir en la calle o estar sin comer. Guardo silencio y George volvió hablar.

– Odio admitirlo pero Alex tiene razón, Sapnap, ¿Qué carajos sucede en tu casa que no te dejan hacer absolutamente nada? Mirate, ya tienes la mayoría de edad como para ir a bares, manejar, tener un trabajo, viajar a donde quieras por tu cuenta, ya no eres un niño, ¿Cuantos años cree que tienes tu padre? ¿Realmente esta todo bien? –

¿Realmente está todo bien? era algo que Sapnap se cuestionaba siempre, lo atormentaba día con noche, lo perseguía y carcomia lentamente por dentro. Se mantuvo en silencio y pensó, ¿Realmente está todo bien?, él quería pensar que sí, el quería evitar pensar en cada uno de esos recuerdos dolorosos que perforaban cruelmente su corazón al tenerlos en mente, el quería evitar mirar aquellas cicatrices que fueron causadas a mano de su propio padre, quería pensar que todo estaba bien y esto sólo es una etapa, el se mantendrá aferrado a esa idea hasta el mismo día de su muerte. Porque ninguno de sus intentos de cambiar habrán sido en vano, porque el aún tenía esperanzas de cambiar, porque el tenía ganas de correr libremente y llorar de alegría, él quería ser libre pero sentía que unas pesadas cadenas llenas de culpa le sostenían las manos y pies, sentía que estaba en una habitación completamente solo en donde el sonido no salía, en donde nadie lo escuchaba ni comprendía. Quería ir a las estrellas y ser amigo de cada una de ellas porque eran las únicas que lo escuchaban y alumbraban en las noches más oscuras de su vida, la luna era el único testigo de las atrocidades de cada persona, el único testigo que lo vio llorar desgarradoramente, el único que vio como de sus ojitos derramaba lágrimas que a su vez eran reflejos de su propia condena, Él sólo quería ser amado y libre, sin embargo, también quería irse, quería llorar, desaparecer, romper todo y matar a alguien con sus propios puños, se sentía incomprendido, sentía que caminaba sobre clavos que perforaban sus pies conforme a cada paso que daba, sentía que su corazón era lentamente carcomido por la tristeza y ansiedad que cargaba, quería desaparecer pero aún quería explorar lo que no pudo cuando era más pequeño, porque en algún momento de su historia, el tenía que sentir la verdadera felicidad. Lloraba todas las noches, se lamentaba y arremetió contra su vida en varias ocasiones, limpiaba sus lágrimas y golpeaba la pared hasta que sus nudillos sangraran, una rutina a la que extrañamente estaba acostumbrado. Extrañaba ser un niño y tener muchos amigos con los cuales divertirse, extrañaba ser el mismo pero ya estaba completamente arruinado. Física y emocionalmente, estaba mal y era algo que le costaría aceptar.

Volvió a ver a George y las lágrimas amenazaban con salir, asintió con su cabeza tratando de ocultar su mirada y solo dejó escapar de sus labios un sutil "Sí".

– Confío en ti Nick, te queremos amigo – Dijo Alex.

– Y yo a ustedes. Y si me disculpan no tengo ganas de seguir aquí así que iré a mi casa. – Sapnap se despidió con una pequeña sonrisa y camino fuera de la escuela, quería ir a casa y dormir, sus párpados pesaban y sus piernas se sentían débiles, sólo quería recostarse.

Karl sacó su celular y agregó el número de celular como "Sapnap:)", no tenía idea de que hacer, si enviarle mensaje ahora, después de clases o llamarlo para saludarlo, estaba impaciente. Simplemente optó por enviarle un "Hola Sapnap! soy Karl, este es mi número :)" Algo nervioso mientras esperaba respuesta, apagó el celular y lo puso boca abajo sobre la mesa, esperando mientras jugaba con un lápiz, no pasaron más de cinco minutos para que sonara la notificación.

Somebody To Love || karlnap Donde viven las historias. Descúbrelo ahora