¿Por qué Tardaste Tanto?

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Le habia cambiado el pañal a Francia y además ya le había puesto su pijama luego de que la temperatura bajara lo suficiente e incluso se habia dormido y ya estaba en su habitación acomodada en su cuna con el monitor encendido para saber si despertaba.

— Entonces — deja la taza de café frente a él — fuiste al bar porque querias verme — ríe divertida y él asiente.

— eso esperaba, pero me encontre con otro chico en tu lugar — siente como el calor sube a sus mejillas y asiente. —que hiciste de interesante durante tu semana? 

— clases de repostería, cuidar de Francia y hornear mucho.... creo que ya no tengo huellas de actilares pero vale la pena — rie. — el novio de mi amiga me contrato para hacer algunos pasteles de un cumpleaños, punto uno, no quiero dejar mal a mi amiga por recomendarme y punto dos, es la primera vez que tengo un pedido tan grande, eso me entusiasma mucho 

— es genial — el asiente — espero en algún momento poder probar algo de lo que haces.

Ella se levanta y abre el refrigerador bajo la atenta mirada de Peter, mueve un par de cosas y saca un bocadillo de chocolate.

— abre la boca — dice frente a él y hace caso a su ordenes, lo acerca a los labios de Peter y este le da un suave mordida. Laura retoma su lugar al otro lado de la pequeña mesa y lo mira fijamente intentando decifrar su exrpresión. Ve como él mastica despacio y una vez que termina relame sus labios, haciendola tragar en seco.

— y???

— fantástico — sonríe sin mostrar sus dientes — mucho talento en un solo bocadillo, me imagino en un banquete completo.

— son los de prueba.

— deberían ser los fijos, de verdad.... no soy fan del chocolate pero esta genial.

— cliente difícil y con gustos únicos y especiales, eso puedo decir de ti — Peter asiente.

Peter se inclina en la mesa y apoya su mentón sobre su mano para mirarla fijamente más de cerca, sin quitarse de la cabeza lo hermosa que era,  aún así, con su aspecto de cansada.

— ya deja de mirarme — le lanza una servilleta sobre la cara.

— que... Te pones nerviosa? — arquea una ceja al ver como las mejillas de la chica se ponían un tono más rosa de lo normal.

— tú .... - el frunce el ceño — tu me pones nerviosa con tu potente mirada de ojos verdes! — dice agitando sus manos provocando la risa de él.

— Ven — se levanta y se hace una ceña para que ella tambien lo haga.

— que ? 

— sólo levantate — insiste y Laura lo hace.

Peter toma la mano de ella haciendo que de unos pasos hasta tenerla cerca tanto, que nota como ella traga en seco.

— Odio que cuando nos veamos tenga que ser con una barra de por medio, no voy a dejar que ahora una mesa se interponga — Laura rie ante su comentario — y además.... muero por besarte desde que entre.

Pone una de sus manos en la cintura de ella y la otra en su mejilla haciendo su cabello hacia un lado. Laura entre abre sus labios y cierra sus ojos a la vez que siente como el pulgar de Peter acaricia su mejilla y su nariz roza con la suya. quiere que la bese y rápido.

— ¿por qué tardas tanto para besarme? — susurra.

—esperaba que lo pidieras — dice para luego juntar sus labios con los de ella.

las manos de Laura viajan directamente hasta el cuello de Peter y asi a traerlo más hacia ella, lo mismo hace él cuando apreta su cintura contra su cuerpo a la vez que el beso sube de tono.

— como extrañe tus labios — susurra sobre los de ella y la ve esbozar una sonrisa.

De un segundo a otro Peter la esta cargando hasta el sofá y una vez que su espalda queda pegada a este, mira a Peter que está justo sobre ella.

— esto no esta bien — dice ella con la voz agitada.

— no, no lo esta — se va a levantar pero ella tira de su chaqueta. Ambos se miran y vuelven a besarse. Las manos de Laura retiran agitadas la chaqueta de cuero de Peter que la tira al suelo, mientras sus manos hacen un repaso por la cintura de Laura, bajando a su muslo y volviendo a subir.

Las manos de Laura se meten bajo la camiseta de Peter. "santa madre" es lo que piensa cuando sus manos sienten los cuadritos de él bajo su tacto, las pasa suavemente y entonces.... el llanto de Francia diciendo mamá retumba por las paredes del departamente obligando a ambos a detener su calentura, sus caricias y deseo.

Peter se levanta cuando Laura se inclina y la deja ir.

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— hey pequeña — Peter ve como Laura toma a la niña y la mece entre sus brazos — creo que tienes fiebre otra vez — pasa su mano por la cara de la pequeña sintiendo un poco caliente sobre sus mejillas que estaban rosadas.

— te ayudo?.

— me das el termómetro, esta sobre la repisa — Peter se acerca a donde le indican y lo toma para encenderlo y entregarlo a Laura.

Deja a la niña sobre lo que es el mudador y le quita la polera para poner el termómetro justo en su axila y sostener para que no se moviera pero era imposible con la niña llorando.

— Francia — peter se acerca para hablarle a la bebé — pone su mano sobre la mejilla de ella y la acaricia logrando que su llanto deje de ser tan fuerte.

— la fiebre volvió — dice mirando el termómetro entre sus manos.

— eso es malo — Peter toma a la niña y justo cuando lo hace expulsa vómito sobre su polera.

— mierda — susurra ella y toma a la niña cuando se inquieta y le acerca las toallas húmedas a Peter. — lo siento.

El niega sin darle importancia y toma una toalla húmeda para pasarla sobre su polera.

Laura toma el bote de basura pequeño con dibujos de animales y lo acerca cuando ve a Francia volver a vomitar.

— deberiamos llevarla a urgencias.

— arruinó tu polera – Laura ve la polera negra de Peter con una gran mancha — quitatela así la pongo a lavar.

— oye, la polera es lo de menos ahora — ella asiente y limpia la boca de la niña y también su vientre.

— creo que tengo ropa de mi hermano cuando se quedó aquí, quizás allá algo que te quede.

— damela – estira sus brazos hacia la bebé.

– no, te volverá a vomitar.

— que importa! — dice entre risas y la toma.

Laura asiente y sale de la habitación hacia la que solía usar Lena y donde estaba la ropa de su hermano... busca entre las demás prendas hasta que da con una que podía quedarle a Peter, aunque esta era gris.

— creo que esta te quedará  – se la entrega y vuelve a tomar a la niña. – cámbiate para ponerla a lavar.

— no – Laura frunce el ceño al no entender — me la pondré para que vayamos a urgencias con Francia.

Toma el borde de su polera y sin importarle la presencia de Laura se la quita para ponerse la gris que le quedaba bien.

Laura no quita los ojos de él mientras mece un poco a Francia, habia tenido sus manos sobre ese abdomen, realmente estaba bendecida.

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