Sweet Little Creatures [L.S] (Trilogía SLC I) [M.Preg]

Los momentos

N.A: Cuando vean esto 🧸 es el inicio de un recuerdo, (nada más para que no se me pierdan)

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Sofía estaba en la sala, platicando con Thommas. Louis había decidido dejarlos solos y estar lo menos cerca posible de ella.

Janet se acercó a su hijo, dándole un abrazo que el castaño recibió.

—¿Estás bien, mi niño?

—Confundido, mamá. No sé qué hace aquí, ni porque después de tanto tiempo. Ni siquiera sabe bien el nombre de Thommy, le dijo Tom. Dice que quiere remediarlo todo, pero...

—No le crees.— completó. —Yo tampoco. Después de todo lo que hizo.— volvió a abrazarlo. —Tranquilo, esperemos que sólo haya venido a causarte este pequeño disgusto y ya.

Cuando Janet se separó, fue Harry quien ocupó su lugar abrazando a Louis. Él no dijo nada, sólo lo abrazaba y pasaba su mano por su espalda.

Afortunadamente, Sofía llegó casi al final de la celebración de cumpleaños, por lo que los invitados empezaban a irse. Zayn y Liam fueron los últimos, todo porque Zayn quería quedarse más tiempo al saber toda la historia detrás. Él sí que detestaba a Sofía y cada que le era posible le hacía una mala cara.

—Thommy, mi vida. Vamos a tu camita, ya es tarde y debes dormir.— lo llamó Louis.

—Pero mami está aquí.— hizo un puchero.

—Y debo hablar con ella, cariño. Anda a tu habitación, solecito.— se acercó y estiró su mano a su pequeño. Intentando el tono más dulce posible.

Thommas hizo un puchero más antes de abrazarla y aceptar ir a su cama.

—Yo lo llevo, Lou. Esperaré hasta que se quede dormido para que puedan hablar.— Harry tomó en brazos al menor.

—Gracias.— sonrió ligeramente. —Te amo, cariño. Feliz cumpleaños.— besó y apretó su pequeña mejilla.

Harry desapareció en el pasillo con el menor en brazos.

Louis suspiró, cerró sus ojos y mentalizó todo lo que estaba por venir. A su suerte, si Harry cuidaba de su hijo podía hablar libremente sin preocuparse si se escuchara o no, pues Harry haría todo lo posible para que eso no pasara.

Se puso de pie frente a ella que tenía una sonrisa no muy real.

—¿Ahora me vas a decir qué haces aquí?— se cruzó de brazos.

—Ya te dije que vine a verlos y a remediarlo todo.— se puso de pie. Pasó una mano por el hombro de Louis. —Los extraño.

—Tú no nos extrañas, Sofía.— se deshizo de su caricia. —Tú quieres algo y lo sé.

—Te quiero a ti, Lou. Quiero que seamos la familia que pudimos ser. Quiero estar con ustedes, contigo. Soy la mamá de Tom y...

—¡Es Thommas, maldita sea! ¿Tan difícil es para ti al menos aprenderte bien su nombre?— alzó la voz. —Sofía, tú lo dejaste a los meses de haber nacido. Ni siquiera quisiste verlo o cargarlo cuando nació, yo le di un nombre. Estuviste distante de él desde el inicio, y mucho más al final. Voy a escucharme un egoísta, pero no te considero su mamá, para mí sólo eres quien le dio la vida, nada más. Es cómo a nosotros nos dicen cuando hay hombres que dejan sus hijos y otros los cuidan, ¿no? Que papá no es el que engendra, sino el que lo cría. Pues eso mismo es lo que pasa contigo. Le diste la vida y por eso estaré agradecido porque me diste lo más hermoso que tengo, pero tú no lo cuidaste.— habló con rabia. —El día que supimos de tu embarazo te pregunté si estabas segura de tenerlo, te apoyaba en la decisión que quisieras tomar y nunca te obligué a tenerlo si no te sentías lista, pero dijiste que sí y después te fuiste.