Ya en casa

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Uf, había llegado sin ver a Greta. Llegué a casa y cerré muy bien la puerta. Subí a mi habitación. Allí tenía un equipo de música que me había comprado en Bremen. Fui al escritorio. Encima de la mesa había una fotografía de los amigos a los que había dejado en mi ciudad natal. Los echaba de menos. Ellos me apreciaban por lo que era, y no por ser de otro género que no fuere femenino o masculino. Encendí el ordenador. Puse a todo volumen Imagine Dragons. Puse en marcha el programa de diseño de dibujos. Dibujar me tranquilizaba. Sobre todo dibujaba anime. Sentí que me relajaba dibujando con Enemy de fondo.
Oí el ruido de una puerta abriéndose y cerrándose, pasos en el piso de abajo, y una voz que me llamaba.

Mi madre: Anke, ¿estás en casa?

No me apetecía contestar. Aún así lo hice.

Yo: Estoy en mi habitación.

Mi madre: Llamamé si necesitas algo

Yo: Ok

Seguí dibujando. No podía olvidar lo que me había pasado, era demasiado fuerte. Aunque pensándolo bien, puede que Greta me gustará un poquito, bueno un poco, pero no mucho.

La vida de una bisexualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora