Su mirada se perdió en el paisaje, prestando atención a cada detalle para distraer su mente, alejando los pensamientos negativos que usurpaban cada espacio de su cabeza, aún así, también usaba otro método de distracción. Si la vista no era suficiente, lo era el tacto, por lo que mantuvo su mano entrelazada con la mano libre de Sesshomaru, quien conducía.
Sin embargo, a pesar de tratar de evitar el tema, era algo que debían hablar.
—El juicio se llevará a cabo hoy en la tarde. Dada la gravedad de la situación, es probable que le den cadena perpetua —informó Sesshomaru, sin apartar la vista del camino.
Kagome asintió con la cabeza en compresión, dando un pequeño apretón a sus manos unidas.
—No quiero ir al juicio. Sólo quiero que vayamos a casa y descansar un poco —suspiró —. Los reporteros... me abrumaron. De seguro ya tienen mucho de que hablar por toda la semana, no quiero darles más —dijo, sin duda exhausta por su tono de voz.
—Llamaré a mis abogados —aseguró para su tranquilidad, sin embargo, pudo ver de reojo como ella negaba con la cabeza.
—Esta bien. Si no te molesta, entonces dejalos hablar. — No le dió importancia.
A diferencia de la azabache, aquello sacó una leve sonrisa del peli-blanco, observando discretamente sus manos entrelazadas; eso daría mucho de que hablar.
Como un hombre de negocios, Sesshomaru Taisho era claramente reconocido, tanto como un famoso, por lo que no era raro tener a algunos paparazzis detrás de él, —aunque algunas veces debía hacerse cargo de ellos —. Cuando se dió la noticia la fatal noticia del asesinato de Sango a causa de Naraku, los periodistas investigaron hasta llegar a la persona más cercana de la víctima y el culpable; Kagome. Gracias a esa temporal fama por algo tan horrible, descubrieron también por los paparazzis de Sesshomaru que la azabache era muy cercana al empresario. Sin duda, esa sería una noticia enorme que dar.
Es por eso que, todos los reporteros, periodistas y paparazzis disponibles estaban en la entrada del cementerio, sin respetar siquiera todo el dolor de la situación cuando Kagome y Sesshomaru salieron tomados de la mano. Fue una bruma de preguntas y fotografías. Las preguntas dirigiéndose tanto hacía el caso de Sango, como a la relación de Kagome con el inalcanzable empresario.
Por suerte para la azabache, Sesshomaru la protegió detrás de él mientras sus guardaespaldas se encargaban de las personas molestas e invasivas. Aún así, no pudieron protegerse de las cámaras que los siguieron hasta que se subieron al BMW del empresario y se fueron.
En ese punto, la suposición de una relación entre ellos ya estaría por todos los noticieros y chismerios públicos, pero nada importó para ambos.
- - ┈┈∘┈˃̶ ༒ ˂̶┈∘┈┈ - -
Como se esperaba, Sesshomaru la trató como una reina.
El mejor baño de burbujas, la mayor atención en sus necesidades incluso cuando ella no las quiso, y por supuesto, la mejor calidad de ropa y comodidad. Kagome entonces supo que el dinero si podía comprarlo todo, hasta el tiempo. Para cuando había salido de bañarse, hermosos conjuntos de pijama y ropa interior la esperaban en la cama. Se veían muy bonitos, pero también totalmente caros. Por supuesto, no le importó la calidad, sólo quería acostarse y, quizás, no volver a levantarse jamás.
Aún así, elegió el conjunto más humilde, descartando lo otro al final de la cama antes de sumergirse en la comodidad de ésta, ya que no deseaba comer nada por el día, sin demasiada hambre, otra vez.
En su agonía silenciosa, escuchó voces fuera del cuarto, prestando atención tras escuchar la voz de Sesshomaru.
—¿Cómo se encuentra? — Había preguntado él.
Al contrario del tono masculino, una voz juvenil y femenina respondió.
—Casi no nos dejó atenderla a pesar de no tener mucha voluntad para atenderse ella misma. Tampoco quiso comer más que una manzana. No quiero cruzar el límite, Señor, pero sugiero que hoy no vaya a trabajar y se quede con la señora, no recomiendo dejarla sola. — No hubo ninguna respuesta a cambio, sin embargo, oyó como la mujer se despidió respetuosamente después de un breve silencio.
La puerta de la habitación se abrió, pero Kagome no se giró en ningún momento, simplemente le dió la espalda al continuar mirando fijamente la pared.
—¿Puedes quedarte? —A pesar de no moverse para verlo, dejó que su voz suplicante saliera a la luz. No debes. Lo estas usando para tu beneficio. Estas usando su amor por ti como palanca y no es correcto. Ignoró su conciencia, ya que no tenía poder sobre ella en ese momento —. Quédate conmigo —pidió.
No escuchó respuesta, pero oyó como él se acercó a la cama, hundiendo aquel espacio libre detrás de ella al acostarse. Kagome lo pensó por un momento, sin sentir que era sufiente para su apagado corazón. Necesitaba más.
La azabache se dió la vuelta para enfrentar los ojos dorados del hombre, los cuales parecían intrigados por la mirada opaca de la azabache, quien guardó sus lágrimas porque se negó a... sentir, aún cuando lo que estaba apunto de hacer, era mucho peor que llorar por alguien.
No lo hagas. Actuó con consecuencias, lo sabía, pero no escuchó. Se negó a escuchar.
Sesshomaru estaba sentado en la cama, apoyado en el respaldo, por lo que Kagome se levantó para sentarse en el regazo del peli-blanco sorprendido, a horcajadas para estar frente a frente, y por instinto, las manos del hombre fueron a sostener las caderas de la mujer cuando ella colocó sus manos en los hombros de él.
Detente. Ignoró su conciencia.
—¿Puedes complacerme? — Sus palabras eran sensuales, pero su tono estaba roto y desesperado.
—Tu estado no es el ideal, Kagome. Necesitas dormir. — Intentó razonar, sin inmutarse, pero por dentro...
Estas siendo patética. Escucha lo que dice. Se dijo a sí misma, agresiva.
—Te necesito a ti —aseguró, sintiendo como Sesshomaru apretaba la piel de sus caderas ante eso —. Por favor, hazme olvidar —suplicó, acercando más sus cuerpos.
Nunca olvidaras.
—Kagome —exhaló, teniendo una lucha interna, mientras que la azabache también la tenía, cediendo a lo inmoral.
Hice lo que siempre me negué a hacer; depender emocionalmente de alguien y dejarme caer en el consuelo aún cuando me sentía totalmente vacía como para amar y sentir.
—Cede ante mí —pidió en voz baja.
Las pupilas de Sesshomaru se dilataron antes de sucumbir y unir sus labios con los de Kagome.
- - ┈┈∘┈˃̶ ༒ ˂̶┈∘┈┈ - -
—Kuikuiry.
ESTÁS LEYENDO
He's |Sesshome| |Libro 1#|
Fanfic|Libro 1#| Como empleada doméstica de una agencia muy importante, Kagome, sin cuestionar, iba donde le ordenaban. Usualmente, limpiaba casas de clientes usuales que eran fieles a ella, sin embargo, algo inusual ocurre, por lo que se le pide trabajar...