POV. Yoongi
— ¡Yoongi! Yoongi ¿Estas escuchándome?
Despegue mis ojos de la laptop cuando observe el rostro de Jungkook tan cerca que de un cabezazo seguramente podría romperle la nariz. Me aleje para evitar hacerlo y aunque siempre me había enojado cuándo me sacaban de mis momentos de concentración, no quería que iniciáramos otra pelea, mi familia ya estaba cansada con nuestros arrebatos y se tener que arreglar mi oficina por como la dejábamos después de eso.
Jungkook es mi mejor amigo desde que estuve iniciando la secundaria, él era un alfa como yo, sin embargo de algún modo logramos encajar después de molernos a golpes un par de veces, no es que me queje, así eran las clases debido al constante deseo por ser mejor que todos tus compañeros de tu género, Jungkook y yo comprendimos que no había necesidad de llegar a eso, hemos sido amigos desde entonces y aunque cuando no compartíamos pensamiento, podemos irnos a los golpes, nunca pasa de eso, aquí el que gana la pelea tiene la razón, fin de la historia.
Mi familia lo contrato para que sea como mi ayudante. Ellos se la pasaban la mayor parte de sus años viajando y todo lo que fuera en Corea quedaba en mis manos, así que me trasladaron a su oficina hace un año, no me quejo, es mucho más grande que la anterior. Ser el único heredero de una compañías más reconocidas a nivel nacional e internacional puede ser algo de demasiado estrés para cualquiera, yo que nací en esa cuna de oro, ya están completamente acostumbrado y sabía cuándo permitirme vagar e ignorar él trabajó, y cuando no.
Por ejemplo, cuando recogía a Hoseok, ahí me podía permitirme ignorar el trabajo solo para después esforzarme el doble, no dejaría que todo se me junte como aquel jueves donde las cosas se me salieron de mis manos, aun me hervía la sangre de solo pensar que no acabé con ese infeliz.
—Jungkook ¿Exactamente a donde les gusta ir a los niños de tres años?
— ¿Que? ¿Cómo voy a saber yo eso?
—No lo sabes, perfecto. Entonces deja de joder y permite que la máquina me responda.
Él solo rodó los ojos se sentó en la silla corrediza frente a la mía, separados por gran escritorio, continúe buscando entre las páginas las actividades favoritas de pequeños de esa edad, aunque todas las opciones que me daban me parecían tan cliché que quise hasta mandarle mi carta a los usuarios de Yahoo! para que se vayan a la misma mierda con sus respuestas tan obvias e inútiles.
Es importante agradarle a Daehyun, no es que tuviera experiencia con los niños o en cortejos, pero Hoseok ama a su hijo y si realmente deseaba llegar a algo con él, necesitaba agradarle a lo más importante en su vida, esa bolita con piernas y brazos que responde al nombre de Daehyun.
Sonreí al recordar aquel día en que lo conocí, ese temor que creció en mi pecho cuando Hoseok abrió parte de su vida y me contó su historia, pero por sobre todo, recordé esas ganas que tuve de seguirlo tres minutos después de que se fue. Yo no iba a renunciar a mi omega solamente por un pasado oscuro, no sería igual que cualquiera, porque necesitaba a Hoseok en mi vida tanto como necesitaba respirar. Así es, he oído de esas historias tantas veces, pero jamás creí vivir una.
Como a cualquier niño pequeño, las historias que me contaban antes de dormir eran sobre dragones, príncipes y princesas amándose para siempre por tener un lazo destinado a existir, uní no suele creer en esa cosas cuando crees, ves que la realidad se basa en morder a alguien y ya, pero cuando yo lo vi aquel día en el baño, me di cuenta que quizás los cuentos no siempre son solo cuentos.
Hoseok era mi pareja, mi omega, mi otra mitad, lo sentí y algo dentro de mí me dice que también lo hizo, aunque para mi sorpresa no se lanzó en mis brazos de buenas a primeras, descubrí que gracias mi padre tenía más autocontrol que cualquier otro alfa que haya conocido, debía agradecerle luego, de no ser por él hubiera devorado a mi pequeño en el auto, cosa que no estaba del todo bien, aunque mi cuerpo me lo pedía a gritos.
ESTÁS LEYENDO
The Perfect Omega | Yoonseok
Fiksi PenggemarCuando eres la perfecta definición del omega imperfecto, pierdes todo pensamiento positivo de algún día encontrar el amor de tu vida. Jung Hoseok tiene veinte años, un hijo de tres y un lazo roto debido a su ingenuidad ¿Que alfa querría encargarse d...