POV Yoongi.
—Yoongi—él me interrumpió—Dime que me amas ¿Puedes? Por favor, quiero que me digas que me amas mucho, amor. Lo necesito—y no vacile, no me tomo ni un par de segundos responderle.
—Sabes que eres el amor de mi vida y que te amo más cada día, mi pequeño omega—tomé aire para seguir hablando—Sé que algo pasa. Lo sé, lo siento en mi pecho porque eres tú y pienso que se cuándo te duele, pero no quiero forzarte a hablarme de algo que no deseas decir. Cuando vuelva... Hablaremos ¿Si? tu y yo, Hoseok, porque ya no estás solo. Ya no tienes que enfrentarte a las cosas de este modo, ahora estoy contigo, podemos hacer lo que sea, pero juntos ¿De acuerdo?
—De acuerdo—a pesar de lo mucho que desee poder insistirle hasta que me contara, mi intención, hasta el momento, era nunca presionarlo, así que eso haría, lo tomaría con calma mientras sepa que el seria sincero conmigo tarde o temprano—Cuando vuelvas... Te contare todo, Yoongi.
Después de su afirmación la llamada término. Me acosté con pesadez en la cama y admire el número de Hoseok en mi celular, hablamos por bastante tiempo, más de una hora siendo sinceros y sin embargo, su ausencia hacia que todo mi cuerpo se sintiera tan pesado y que mi humor no fuera el mejor exactamente.
Tampoco es que eso sea una novedad, normalmente cuando se tiene un lazo, el omega y el alfa se consumen cuando están lejos por demasiado tiempo; sin embargo aquí existían dos factores que fallaban en la teoría: No tenía un lazo y... Apenas habían pasado unas horas.
En mi defensa, desde que Hoseok y yo empezamos a ser novios, prácticamente vivía en su casa, entonces, muy aparte del ser mi alma gemela, mi dependencia llego a tal punto que si no tenía su cuerpo entre mis brazos como la cuchara pequeña, no podía conciliar el sueño. Al final, todo este viaje resulto ser una completa mierda, pero no podía volver, no sin antes lograr el contrato que necesitaban mis padres y entonces darles la noticia. Pensaba desligarme completamente de M-Alfa.
Una empresa que creí heredar, ahora la sentía condenadamente repulsiva y fuera de mis expectativas. Cuando alguien me preguntaba sobre mi futuro, solo podía imaginarme teniendo un trabajo que pudiera controlar desde mi laptop y pasar la mayor parte del tiempo con Hoseok y Daehyun, en casa. Un hogar. Y aunque estaba seguro que a Hoseok no le agradaría la idea de un gasto para tener una casa propia de ambos, lo convencería, tenía mis métodos.
Busque la galería en mi celular mientras pensaba, quería hacer el camino de mi vida y en vez de asustarme o dudar, no podía estar más emocionado. Admire las fotos que le había tomado a mi preciado omega dormido y una suave sonrisa se formó en mis labios. El más encantador ángel cargado de tristeza y viviendo con su corazón en pedazos. Pedazos que yo reconstruiría, así fuera lo último que hiciera.
Dependía tanto, tanto de Hoseok, que sabía él y solo él tendría la capacidad de destruirme y de repararme cuantas veces quisiera, teniéndome como su fiel sirviente por el resto de mi vida. Pensando en ello, apoye uno de mis brazos sobre mis ojos para cubrir por completo toda la luz externa y suspire. Si, la misma persona a la que amas es la única capaz de hacerte daño, pero para mí, Hoseok era ese ángel que nunca haría daño a nadie.
Ni siquiera note el momento en que me quede dormido, no hasta que escuche la alarma de mi celular recordándome la reunión que tenía con Seunghyun. Sin embargo, al intentar levantarme de la cama, sentí una profunda punzada en mi pecho y me quede inmóvil, esperando que esto se detenga. Gruñí, enterrando mis dedos en la tela de mi remera, tratando de detener el dolor, pero se mantuvo por varios segundos más.
Apenas se calmó, jadee entrecortadamente, respirando con rapidez, apoyando ahora mis dos manos en la cama, inclinando mi cabeza hacia atrás, no recordaba haber experimentado nunca un dolor como ese. Gruñí de nuevo, antes de pasar una de mis manos por mi cabello y cuando divisé la hora en el reloj de la mesa de noche, otra maldición escapo de mis labios antes de correr al baño. Iba a llegar tarde.
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The Perfect Omega | Yoonseok
Fiksi PenggemarCuando eres la perfecta definición del omega imperfecto, pierdes todo pensamiento positivo de algún día encontrar el amor de tu vida. Jung Hoseok tiene veinte años, un hijo de tres y un lazo roto debido a su ingenuidad ¿Que alfa querría encargarse d...