Capítulo 10: "The Pier"

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Cristal´s POV

¡Ay como duele! Me duele todo ¡¿Por qué nací mujer?!

- Beth – murmuro tratando de despertar a la rubia – Beth – La comienzo a mover un poco – ¡BETHANY CALAMARDA DE LA ROSA!

La rubia se sobresalta por mi grito y se cae de la cama… ¡Mierda me duele reírme!

- ¡¿Qué te pasa?! Espero que estés muriéndote porque si no es así yo misma te mato por despertarme así – me fulmina con la mirada

- Rubia me duele, necesito medicinas ¡ya no aguanto! – Comienzo a llorar – Beth ¡duele como mil demonios!

- Tranquila Cris – Comienza a sobarme la espalda – Ya te traigo medicina ¿Sí?

- ¿Qué mierda pasa? ¿Por qué lloras ángel? – Con todo mi dolor no me di cuenta de que alguien abría la puerta, y por alguien me refiero al prostituto – Mierda ángel dime que pasa por favor

- Le duele Will, así es cada mes ¿Trajiste lo que te pedí?

- Sí, sí, tengo todo ¿Qué hago para que deje de doler?

- Necesito las pastillas que te pedí para ella, necesito el té también y que esté caliente.

- ángel ya voy ¿sí? Por favor ya no llores – siento sus manos en mi rostro – Por favor ángel no llores

- ¡Solo trae la puta medicina Will! – mascullo entre dientes

Will se queda y comienza a tratar de tranquilizarme, pero no puedo, esta mierda duele. Siento como mi cuerpo se pone frío y me comienzo a desesperar, mierda ¿Por qué tengo que tener tanto malestar cuando me enfermo? ¿No puedo tener un poquito de normalidad?

Trato de buscar una posición cómoda para que duela menos pero vuelvo a hacerme bolita.

Will su sube a la cama conmigo, me pone en su regazo y comienza a sobar mi espalda mientras murmura palabras tranquilizantes en mi oído.

- ángel, necesito que levantes la cabeza, aquí está el té y la medicina – Levanto mi cabeza pero no me muevo de mi puesto, Will desprende calor lo cual ahora me hace bien. Sus brazos se encuentran uno peinando mi cabello y el otro abrazando mi cintura.

Tomo la taza de la cual sale vapor y las pastillas que me entrega Beth, ella tiene su propia taza de té y en el escritorio diviso un montón de comida pero ahora no pienso en comer, tal vez cuando el dolor se vaya.

Me tomo las pastillas con el té y cuando la taza está vacía, mis parpados se vuelven pesados, apoyo mi cabeza en el hombro de Will y me dejo ir en los brazos de Morfeo.

(…)

Escucho risas y hace calor… ¿Quién ríe? Trato de moverme lejos del ruido pero algo me detiene. ¡Ay déjenme dormir!

- Oye castaña ¿No tienes hambre? – Esa voz es de Beth

- Déjame dormir rubia, suéltame – pido con los ojos cerrados

- Oh nena, yo no te sostengo, esos no son mis brazos – mis ojos se abren automáticamente y miro al dueño de los brazos ¿Qué rayos?

- ¿Te sientes mejor ángel? – pregunta Will

- ¿Por qué me abrazas prostituto barato? – Pregunto, el aludido solo niega con la cabeza mientras me regala una mini sonrisa y levanta una ceja – Estoy bien Will. Tengo hambre rubia, aliméntame.

- En el escritorio hay comida, sírvete, es mi turno de descansar – dice y se acurruca en la cama

Me voy a levantar pero los brazos de Will de detienen

MI MURO DE BERLÍNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora