MI MURO DE BERLÍN

Capítulo 8: "3 Reglas y 1 Sorpresa"

Cristal's POV

Abro mis ojos lentamente ¿Dónde estoy? Mierda ¿Dónde estoy? ¿Mami? ¿Papi? ¿Manus? OH MIERDA ¡ME SECUESTRARON! ¡ME RAPTARON! ¡MIERDA MIERDA MIERDA JODIDA MIERDA!

Me comienzo a hiperventilar, los recuerdos me llegan como una cachetada ¿Por qué soy tan idiota? Tiro mi cabeza hacia abajo, golpeando mi frente en la mesita de noche. ¡Soy realmente idiota! ESTOY EN MIAMI. Como la gran bruta que soy, se me olvidó que ya no estoy en Londres.

Me quito las sábanas de encima y voy al baño, me lavo los dientes y bajo a desayunar. ¿Cómo se me ocurre pensar que me secuestraron? Si seré... AUCH ¡mi cabecita! ¡Ay mi sensual y apachurrable cuerpecito! Me encuentro tirada en el suelo porque alguien me empujo.

- ¡Mierda!

- Me hago pipí, ya me hago pipí ¡Lo siento enana!

- ¡Mierda Logan! - Todavía acostada (tirada) en el suelo, levanto una mano y grito - ¡ME VENGARÉ! - luego tiro el brazo al suelo golpeándome el codo... grandísima mi... popó de vaca.

Luego de unos segundos más aparece Logan en mi campo visual, pasa caminando muy fresco tarareando una canción. Oh mariquita... me vengaré. ¡Pero primero, lo primero!

Muevo mis piernas entre las suyas logrando que caiga sentado, me levanto rápidamente y me pongo en frente de él y lo miro.

- O lo haces tú o lo hago yo Logan - Digo seriamente. Veo como tira al piso el resto de su cuerpo y una sonrisita de satisfacción se hace presente en mi cara, y bajo a desayunar dando saltitos.

- Hola sensualones - digo alegremente mientras entro al comedor. Se quedan mirándome como ¿Y qué mierda con ésta?

Tomo asiento y comienzo a tomar mi café tranquilamente. Noah rompe el silencio que se había instalado entre nosotros.

- Me sorprende que estés despierta esta hora enana - me mira fijamente para luego guiñar un ojo y sonreír. "Gracias Noah" - pienso.

- Y a mí me sorprende que puedas leer la hora inepto - le guiño discretamente un ojo. Noah entiende que no quiero hablar de lo de anoche, un estúpido mensaje no puede arruinarme la felicidad.

Los demás parecen reaccionar después de eso y conversan como si nada, unos minutos después me doy cuenta de que Ty está aquí pero no Angie... y tampoco Alex.

Y no, Ty no está solito como un niño grande, Mari lo está alimentando. Por si no se los había dicho, son las 8 A.M.

Me levanto y me dirijo a la cocina, tomo unas ollas y las llevo a la mesa del comedor, tomo también unos cucharones de esos grandotes que usan en los guisados y en las sopas. Comienzo a repartir las armas ante las miradas curiosas de unos y las miradas cómplices de otros... como mi hermano y Ari.

Me paro en frente de todos y comienzo con mi discurso.

- Muy bien, todos tienen sus armas señores, ahora nos dirigiremos al cuarto de Alex a despertar a los tortolitos y los bajaremos al salón. Tengo un par de reglas importantes que discutir con ustedes.

- ¿Pero de que mierda hablas? - pregunta la despistada Liz

- ¡Elizabeth! Calla y escucha. - sentenció Beth... Amo a esta chica.

- Pero no-

- Que calles y escuches Elizabeth White. - Eso callo a mi prima.

- Volviendo al discurso; vamos a despertar a los tortolos que seguramente están en el cuarto de Alex. - Dije con una sonrisa maliciosa - Ahora todos ¡marchen! - Esto será divertido.