Carne roja.

2. ♤



Toda mi vida he vivido en un lugar llamado Croydon, muy cera de las afueras según entiendo.
Un lugar de mercadeo empresarial, un pueblo que se lleva bien con su ciudad, es acogedor y la gente de aquí es digamos especial.

Hago sonar la campanilla de mi bici para hacerle saber a la abuela que he llegado.

El chico de los periódicos me saluda y deja este a mis pies.

La foto de una mujer de unos 30 años forma parte del encabezado.

"Mujer asesinada es encontrada en el parque Kingdom"

Ana Claring. Maestra de preparatoria y mujer honorable, futura esposa del jefe de policías de Croydon.
Es brutalmente asesinada, encontrada un mes después de su desaparición.
Le faltaban ambas manos y tenía mutilada parte interna de la pierna, no muestra signos de violación.

Una cosa era bien sabida.
Nadie estaba seguro en este lugar.
La tasa de mortalidad entre los jóvenes y niños, está en incremento desde el cambio de presidente.

Por eso quiero que mi abuela se vaya a vivir conmigo y Cassandra. A papá le hubiera gustado.

Guardo el periódico dentro de mi bolso, no quiero que se ponga cardiaca con esto, suele darle mucha imporancia. Y lo que menos quiero es que me castigue por salir.

- ¿Abuela?.

- En la parte de atrás cariño.

A mi abue le gusta demasiado la jardinería y esa es una de las razones por las que se ha quedado a las afueras de la ciudad, dice que el smock y contaminación de la ciudad no le ayuda a las plantas ni a sus pulmones.

Suelo pasar con ella los fines de semana, aquí puedo pasear en bici y comer fuera.
Tambien me da ideas para mis diseños.
Trabajo en una empresa de eslóganes a medio tiempo en lo que termino la carrera de diseño y animación digital.

- ¿Ya te vas?.

- Si abuela. He venido a dejar la bici de vuelta. No puedo llevarme la, lo sabes.

- ¿Por qué tu y la madrastra petulante que tienes no viven aquí?. Hay espacio de sobra.

- Se llama Cassandra. Abuela, sabes que el trabajo de ella y la Universidad están en la ciudad, no podemos dejar todo de la nada.

- Es peligroso. Corre el rumor de que el asesino busca mujeres jóvenes y bonitas. No quiero que te pase nada.

- Abu, no creo que a ese hombre le gusten las mujeres desnutridas y con ojeras que llegan al suelo.

- Uno nunca sabe. Ni siquiera los detectives logran dar con él o ella. No saben ni como se llama. No tienen ni una pista. Ese hombre es muy listo.

- Te aseguro que estamos muy lejos del peligro abuela.

- No, a mi no me sacas de aquí.

- Esta bien. Tengo que irme antes de que sea tarde.
¿Estás bien con eso?.

- Si. Ve con Dios.

Tome el autobús rumbo a la ciudad.
Sabía que me acercaba, todo al rededor empezaba a cambiar.
Las casas coquetas y sencillas, estaban siendo reemplazadas por casas y edificios más sofisticados.

La abuela tiene razón.
El aire de la ciudad tiene demasiada contaminación, el ruido, la poca vegetación y en algunos lugares, el semblante gris.