La Explosión

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El sonido de la vibración causaba en Richi agruras y un escalofrío que recorría todo su cuerpo. Acabó por detestarlo. Su terapeuta y él hablaron sobre eso en una de las sesiones. Ambos creyeron que lo mejor sería dejar de evitarlo. Así que Richi volvió a activar la opción de vibración en su celular a regañadientes.

El día en que todo explotó, Richi estaba en su cama. Una luz cegó su visión y la vibración regresó con intensidad. Tapó sus oídos y sintió como su pecho vibraba al compás del vaivén de la pared.

—Estoy alucinando. Nada es real-. El escalofrío, que recorrió su cuerpo y erizó sus vellos, le advirtió que corriera. Y vaya que lo intentó. Sus piernas se doblaron y cayó al suelo. Su hombro izquierdo le escocía. La somnolencia lo arrasó. El cuarto se iluminaba y volvía a la oscuridad, como cuando un niño juega a prender y apagar las luces. En un parpadeo vio como una silueta se acercaba a él. Detrás de esta, unos tentáculos de fuego y humo rozaban su hogar reproduciéndose.

«¿Existen o estoy loco?». Richi sintió como su pantalón se mojó. Quería pedir ayuda, pero lo único que salía de su garganta eran lamentos sin sentido.

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Camila fue la primera en llegar al hospital, después de todo iba de camino a la casa de Richi cuando recibió la llamada de que su hermano fue llevado a urgencias por leves quemaduras. Él estaba vivo pero ausente.

La cabeza le dolía como si un martillo la golpeara. Y ya no tenía más uñas para sacar su ansiedad.

«Quizá se intentó suicidar, ¿cómo no lo vi?».

Richi había estado actuando raro. Claro que su hermano siempre había sido extraño y enigmático; pensó que sería uno de sus bajones emocionales. No se había preocupado porque el terapeuta Sim lo atendía. O eso creía. Lo quería mucho y por ello se sentía la peor hermana y terapeuta del mundo. Sabía que Richi no debía estudiar lo mismo que ella. En un inicio Camila intentó persuadirlo de estudiar algo más. Sin embargo, Richi jamás le había hecho caso en nada y esa vez no fue la excepción. Ella quería acercarse a él y lo único que tenían en común fue la carrera. Así que ella se comprometió en ayudarlo aún a pesar de que Richi la evitara.

-Señorita Alba, lamento la espera... -La voz de la doctora la sacó de sus pensamientos.

-¿Puedo ver a mi hermano? -interrumpió Camila.

-Lo siento

-¿Él está bien? -preguntó con la respiración agitada.

-Lo estaba-. Las piernas de Camila se volvieron como una gelatina temblorosa. -No sabemos dónde está. Estaba medicado, no debió despertar. Estamos haciendo todo por encontrarlo...

Camila dejó de escuchar a la doctora y recordó la llamada extraña que le hizo su hermano-: Ellos están aquí y vienen por mí. Pronto desapareceré.

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Le agradezco mucho a
NicBarret
por su ayuda en la corrección de este capítulo.

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