Pretty things

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27 de junio, 202...

Hoseok siempre tuvo una debilidad por las cosas bonitas.

Cuando era niño desarrolló una obsesión con el cosmos después de ver una fotografía de Andromeda, la galaxia más cercana a la nuestra, porque le pareció lo más bonito que había visto. Durante su adolescencia fue el cabello lacio y oscuro de Ahn Yongsun, una chica de su clase con la que tuvo sexo en su habitación después de la graduación. En la universidad, empezó a interesarse por las miniaturas y el orogami, luego la parte interna de los antebrazos de la gente –ahí donde la piel es más suave, tierna y joven por la falta del maltrato del sol–, las patitas de Holly, sus ojitos al despertar, etc, etc y muchos etcéteras más.

Consideraba esa debilidad como un don.  Esa sensibilidad a las cosas bonitas le había dado placeres en cosas extremadamente pequeñas, en otras infinitamente lejanas y otras más extrañamente peligrosas.
Esas inclinaciones a veces lo habían metido en ligeros aprietos incluso consigo mismo, pero también le había dado sorpresas particularmente agradables. Quizás es por eso que Hoseok siempre había tenido parejas bastante atractivas y se había rodeado de gente hermosa.

No era precisamente un secreto que Jisoo había salido con él antes de estar con Namjoon. Jisoo es una mujer hermosa, inteligente y audaz, con un lunar en el hombro derecho que había llamado la atención de Hoseok cuando la conoció, porque era bonito. Sin embargo, tan pronto como Namjoon y Jisoo se cruzaron, se quedaron enganchados uno con el otro, dejando a Hoseok fuera de la ecuación.
Sinceramente, él estaba mejor así.

Tal vez porque con el paso del tiempo también descubrió que las cosas bonitas, casi siempre traían consigo demasiados problemas.

—Sólo dile que su presencia es necesaria —ordenó la mujer levantándose del asiento en su oficina. Jisoo y él no habían tenido la mejor relación luego de su divorcio con Nam, tal vez el que Hoseok fuera el abogado de él durante el litigio tuvo algo que ver. —Si no se presenta, me veré en la obligación de presentar una demanda.

Hoseok tomó el citatorio qué el abogado de ella le extendió sobre el escritorio y lo leyó con calma.

—¿Y se puede saber exactamente cuál sería el móvil de tu inquietud? —Hoseok dijo mirándola. —Ustedes están legalmente separados, no veo cuál es el problema con que él esté rehaciendo su vida con ese chico.

Una vena saltó en la frente de Jisoo, el velo de la vergüenza pintó sus mejillas. Tampoco era un secreto que ella no estaba nada de acuerdo con la orientación de su ex-esposo.

—El reporte de gastos del seguro médico que él y yo aún compartimos —puntualizó ella apretando los dientes—¿Te parece bien que yo esté pagando por la recuperación de la nueva novia de Namjoon?

Hoseok no pudo reprimir una risa. Le parecía divertido que Jisoo aún tuviera problemas para lidiar con el hecho de que Namjoon estuviera con un él y no con una ella, y que se esforzara tanto por matizar que su ex estaba con un hombre.

—Jisoo, tú no has pagado nada de eso —argumentó el abogado resoplando mientras recogía sus papeles. —Así que no te preocupes, no te afectará en nada que Jimin esté en la nomina del seguro, Namjoon tiene todo el derecho a afiliar a su novio si le da la gana. De todos modos, Nam se presentará a la audiencia que solicitaste para aclararlo. Fue un placer verte de nuevo.

—Sabes que no lo fue, no seas hipócrita, Hoseok —escupió ella caminando a la puerta junto a su abogado. Luego suavizó su tono y semblante para decir:—Gracias de todas formas.

Quizás la única cosa que a Hoseok no le agradaba de su gusto por las cosas bonitas es que se convertían en fijaciones y, después de un tiempo, en verdaderas obsesiones.

La noche de las luciérnagas ―NamMin°Minimoni―Donde viven las historias. Descúbrelo ahora