(5)Primer paso

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Que curiosa es la vida, si hay algo que me ha quedado claro es que el pasado por más que lo ignoremos siempre regresa, y en mi caso, lo tenía de frente en este mismo instante. No es algo muy común que digamos tener Síndrome de Alejandría, se cree que se originó en Egipto, la leyenda cuenta que un cometa pasó y todos los que lo miraron fueron víctimas de sus efectos, efectos que sinseramente a nadie le molestaría. Acaso quién no quiere tener una vida con inmunidad a casi todas las enfermedades, un cuerpo esbelto y atlético, jamás ni muy gordo muy flaco y unos encantadores ojos azules que tras varias transformaciones terminarán en la entrada de la madurez siento color violeta, sin embargo, en el ángulo Egipto cuando sucedió esto, los faraones lo vieron como una señal divina, que demostraba que todos los de ojos violetas no eran dignos, eran seres impuros y como tal, fueron asesinados la gran mayoría gracias a los prejuicios de la sociedad antigua, aunque ya no es asi, al menos no te matan, los pensamientos de la sociedad actual sigue siendo casi la misma, y eso fue lo que me hizo tomar la decisión de ocultar mi verdadera naturaleza.

Jennie llevaba unos minutos sin hablar, simplemente miraba por la ventana, seguramente sí siquiera tenía ganas de hablar en este instante pero ella desató todo esto y era necesario aclarar todo hoy.

- Donde está su hijo ?

Pregunté sin girarme.

-mi hijo pensaba como tú, perseguía una chica, y está le hacía rechazo, por qué era criada en una familia cristiana en exceso y le decían que los ojos de mi pequeño Miles eran obras del demonio, la chica tan estúpidas he ingenua le hizo tanto rechazo que mi pequeño decidió...

El silencio se hizo notar, ella agarró su Vodka y volvió a beber pero está vez con más suavidad, como queriendo ahogar un mal recuerdo trago a trago.

- no puedo permitir que tú hagas lo mismo, no pienso cometer el mismo error dos veces.

- a que se refiere esaptamente?

- sé que estás aquí por Barbara, como también se que por primera vez viste a la verdadera Bárbara y sip, todos sabemos que no sirve y te va a hacer daño Dylan.

- creo que ya se por donde va esta conversación y le advierto que a pesar de lo que sucedió está noche no tengo pensado rendirme, Baby es muy importante para mí así que por favor ni lo intente, no pierda su tiempo.

Dicho esto le di la espalda y camine hacia la puerta pero justo antes de abrirla sus palabras me detuvieron.

- te equivocas, sé que no me harás caso, el tampoco lo hizo, ningún chico tonto lo hace, todos son unos inmaduros.

Un poco sorprendido pero cortante gire hacia ella.

- entonces cuáles son sus intenciones?

- Ya que no te puedo convencer de que no lo hagas me voy a asegurar de que lo hagas bien, no tienes ni idea de chicas, mientras, yo y mis empleadas se puede decir que somos de las peores, Bárbara tiene que salir de la ciudad por un tiempo, sus padres la van a llevar a su nueva casa en España aprovechando las vacaciones de su madre, mientras tanto, todas las noches ven, yo te enseñaré lo que necesitas.

- como usted sabe tanto sobre Baby ?

- ella frecuenta este lugar, y todo lo que pasa en este lugar yo lo sé, aprende eso te hará falta, ya te puedes ir, sal y disfruta de la mirada dudosas de las personas que te conocen y jamás han visto tus verdaderos ojos, suerte y hasta mañana ojos mágicos.

Una mirada hacia Jennie para nada mágica fue lo último que hice en aquella habitación, una ves fuera esperaba que todos me miraran raro pero los que no estaban ebrios pensaban que tenía lentes de contacto, algo que me daba un poco de gracias mientras miraba el reflejo de mi rostro en la vidriera de una tienda.

Caminé rumbo a casa y una vez en la puerta me preparé para mi última batalla del día, mi tía.

Apenas entré me di cuenta que ya venía en mi dirección pero bajo el ritmo una vez se dió cuenta que no traía los lentes.

- Dylan, te los quitaste, pero, por qué ahora?

- Solo un cambio de look

Le guiñé un ojo y decidí retirarme antes de que los gritos me provocaran migraña pero increíblemente no hubo ningún sonido que indicara exaltación por su parte, y mientras subía las escaleras rumbo a mi cuarto escuché su voz en un tono suave , cosa muy poco común.

-Dylan, admito que es la mejor decisión que has tomado desde la muerte de tu madre, al fin haces algo en su memoria.

Le dediqué una sonrisa de medio lado y está vez no fue de mala gana y le di la espalda para entrar a mis aposentos.

Me dejé caer en la cama cuando las preguntas me empezaron a acorralar, entre ellas la más importante, que cosas esaptamente aprenderé mañana en la noche?

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