DIEZ (FINAL)

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Time, curious time gave me no compasses, gave me no signs

Were there clues I didn't see? And isn't it just so pretty to think all along there was some

Invisible string tying you to me?

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Clarke estaba en la tienda de Bellamy sola, sin siquiera haberle preguntado a él. Cuando llegaron, desbastados y algo heridos, Clarke simplemente ayudó a curar en silencio y se escabulló. Era como de ella ese lugar ya, o tal vez era porque nadie se atrevía a acercarse: sus ojeras marcaban su rostro, el vestido blanco largo con manchas de sangre intimidaba, su palidez y las lágrimas daban un aspecto fantasmal que no todos podían manejar. Aunque estaba demasiado perdida como para siquiera mirarse en el reflejo del agua.

Con la toalla, la mojaba lentamente en el agua y dispuesta a limpiarse para toda la vida, se pasaba con lentitud por su piel.

Bellamy pasó descalzo, con solo su pantalón y una remera. Parecía limpio, y la verdad, que lo había hecho antes de ir con ella para que no viera aquellso restos.—Tengo ropa, comida y agua para ti—dijo cerrando la carpa y dejó todo en el suelo mientras se sentaba, frente a ella, pero estaba apagada y perdida en si misma. ¿Le habían hecho antes de que él llegara? Temía la respuesta y no quería hacerla, pero estaría ahí si Clarke quería hablar de eso.—¿Puedo quitarte el vestido?—su pregunta fue tan suavemente que captó la atención de Clarke—¿ Voy a ayudarte a limpiar, si?

—Gracias—sonrió la rubia llevando ella misma las manos al vestido y se lo retiró por arriba, quedando en ropa interior frente a él.

Él le sonrió y tomó la toalla que tenía ella para hacer el mismo procedimiento, solo que de forma más rápida y efectiva. Fue por su rostro, sus la manos, sus brazos, sus hombros, se movió a la espalda, volvió al pecho, su vientre, y siguió por los muslos. Todo fue en tal silencio, que él llegó a tararear una canción mientras ella comía y se dejaba limpiar.

—Maté a mi padre. Lo he hecho yo—confesó aún intentando procesar eso.

—No era tu padre. Ya no, Clarke. Y no he conocido a tu padre, pero te aseguro que hubiera preferido mil veces que no le hubieras dado oportunidad a ese desconocido de lastimarte. Ella asintió repitiéndose mentalmente que no era su padre, pero entonces, ¿Por qué se veía igual a él?—Y la mujer que amordazamos y atamos, no se parecía en absoluto a tu madre. Era fría y no le importaste, pero tu madre de verdad hubiera dado el mundo por ti.

—Lo sé—y aquello hizo que volviera a lastimarse mentalmente.

—¿Pero sabes quienes si eran tus padres?—la rubia levantó su cabeza al sentir un ruido metálico, y nuevamente, Bellamy tenía el collar de su padre entre sus dedos. Dejó lo que hacía solo para consolarla.—Ellos que están en esta foto, ellos que se acaban de casar y que pronto van a llegar con una niña en sus brazos. Los científicos más importantes del arca, esos eran tus padres. Murieron en el arca, al ser expulsados, y sus cuerpos cayeron aquí—la rubia llevó su mirada a los ojos de Bellamy, y sabía que esa mirada solo se la daba cuando estaba preocupado, que no era algo que iba a ver todos los días.—Ellos fueron tus padres, tienes que estar orgulloso de ellos.

Y esa, fue la manipulación y auto sabotaje más sano y limpio que se pudo haber hecho. Así que tomó la cadena y la enrolló sobre si misma para dejarla a un lado de la carpa. Bellamy la miró —Gracias por ayudarme a salir.

Él tomó el buzo que le había traído y se lo pasó por la cabeza, y ella dejó que él siguiera cuidando de ella—Gracias por ser fuerte—este se acercó y depositó un beso sobre sus labios tiernamente.—Vamos a descansar, me quedaré contigo.

—¿Y la guardia?

—No quiero hacerme cargo de todo el mundo ahora, solo de los míos—y aquello fue porque él sabía lo que era sentirse sin padres, perdido y sin pertenecer a ningún lado, así que simplemente se acostó y la envolvió en sus brazos.

Y pesar de estar pegados, uno con el otro, Clarke sintió la distancia de Bellamy, como si por alguna razón no quisiera acercarse y creyó saber que era eso.—No me hizo nada—murmuró y sintió como los brazos de él se aflojaban sobre ella y pesaban un poco más—, no me hicieron nada para que tú no puedas abrazarme como siempre. Por favor, no te distancies—y más que físicamente, rogó por algo no tangible.—Te necesito.

—Y por eso estoy aquí—dejó sus labios apoyados en la coronilla de esta—. Vamos a solucionarlo, ¿si?

Afuera de la carpa, Wells se movía entre as personas—¿Dónde está Clarke?—preguntó mirando a Raven, quien estaba moviendo su pierna con un gran dolor.

—Con Bellamy.

—Necesito hablar con ella—hizo una pausa y miró hacia la tienda, pero no se veía movimiento.

—No creo que haya cambiado su postura de querer hablarte.

—Si hay alguien que entiende ese dolor, si hay alguien que puede ayudarla, seré —Raven lo interrumpió negando:—Te aseguro que si ella te necesita, te iría a buscar.

—¿Cómo está?—Octavia se acercó queriendo saber de la rubia.

—Bellamy me dijo que está bien, solo necesita tiempo.

—¿Es cierto?—preguntó Octavia ignorando a Wells—¿Lo de su padre?

—Estaba ahí—aseguró Raven—, y ella lo hizo.

Y nadie de ese campamento vio a Clarke por lo que quedó del día, siquiera a Bellamy. Y no era que estuvieron durmiendo, porque cuando ella se despertó con una pesadilla, también lo despertó a él. Optaron por quedarse despiertos y Bellamy acariciaba su brazo mientras miraban hacia arriba, sin hablarse. Cada tanto, Clarke se aferraba más a él con cierto dolor y lo dejaba escuchar los suspiros adoloridos.

—¿Sabes que no puedes quedarte aquí encerrada todo el tiempo, verdad?—preguntó este cuando los rayos de sol comenzaron a notarse.

—Si pero... no se si quiero afrontar todo.

—No tienes que afrontar nada sola—susurró este.—¿Quieres salir a caminar antes de que todos comiencen a despertarse?—ella lo pensó un poco pero asintió, sentándose y estirando su cuerpo, pero sintió la mano de Bellamy pasar por sus cabellos y acomodándolos, para cuando lo notó él los trenzaba.

Y ahí, ya prontos, salieron. La rubia vio como todo estaba bien: su hogar que todos habían construido estaba a salvo. Bellamy tomó su mano así como también el arma, y ambos entraron al bosque solo con intensión de caminar libremente y en círculos para no perderse.

—Gracias por esto. Por todo—y él como respuesta, besó su cabeza con un gran amor que nunca creí que fuera capaz de entregarle a una persona. Y a partir de ahí, cada decisión, movimiento y paso que ocurrió luego fueron sucesos que ambos no podían controlar pero si asumir, y aunque no perfecto, tampoco menos real por eso. Y por mucho tiempo, lo único que de verdad le importó a la rubia era volver a los brazos de él y con aquel hilo intangible, enrollarse mutuamente y sentir sus brazos abrazarla, así como los besos en su frente o coronilla

Invisible string// BellarkeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora