Hope

17 de Febrero

Capítulo 002
17 de Febrero.

El tiempo pasa demasiado rápido, quizá el tiempo deja de sentirse lento cuando nos distraemos, la pasamos bien, tal vez perdemos la noción del tiempo cuando dejamos de vivir, tantas razones para no ser conscientes de lo rápido que pasa todo, quizá nos perdemos en nuestros sentimientos y eso hace que perdamos la noción del tiempo.

¿Sentimientos de alegría? ¿Sentimientos de tristeza? ¿Amargura? O quizá un poco de cada uno.

[Volkov]

Como si se tratará de agua en mis manos el tiempo se había ido, un año y medio había pasado, un día especial o eso se suponía que sería hoy.

Pero, otros días los he sentido más cálidos que hoy, tal vez hasta el día más frío, lluvioso y solitario se siente más cálido y tranquilo, ¿Cómo se supone que un día especial como hoy pueda doler tanto? Tal vez por que dejo de ser especial y se volvió un día amargo.

Los anteriores 17 la pasé feliz, lleno de una alegría inexplicable, pero ¿Hoy? Hoy me encuentro sentado en nuestra cafetería favorita, en la mesa que siempre reservabamos, con vistas a la playa, por que ¿Eso te encantaba, no? Con tu chocolate sumamente dulce y mi café amargo, esperando ver si regresarás, aunque lo dudo, pero mi corazón se niega a creer que te haz ido para siempre.

Tomo la taza de café caliente junto al pie de Limón que tanto te gustaba, me tomó de un trago el café y tomo un trozo pequeño de pie, lo llevo a mi boca y lo mastico lentamente.

Su sabor agridulce no parece el mismo, tal vez por que le faltan tus risas, tal vez por que le falta tu presencia.

Alzó mi mano y pido la cuenta, el mesero de siempre me atiende y tal como lo he hecho los últimos 17, pago y salgo de la cafetería, sin tocar tu chocolate, por si deseas regresar a tomarlo.

Aunque ahora las cosas sean tan diferentes, hay cosas que nunca cambian y venir cada 17 a nuestra cafetería o algún restaurante que nos gustaba no cambiará nada, sinceramente deseo que estés dónde te encuentres, estés bien.

Camino tan despacio como puedo, mientras dejo que el viento frío me arruye, derrepente diviso una pequeña figura que conozco a la perfección, sonrió inconscientemente al ver a la única persona que pudo rescatarme de todas las maneras que alguien pudiera imaginar.

Sus pequeños brazos cargan bolsas de la compra, mientras su cabeza se mueve al ritmo de la música que se reproduce en sus cascos, aceleró el paso para poder ayudarlo.

Toco su hombro con suavidad y él se sobresalta.

—Hola Domi

Saludo, su susto es tan grande que sus cascos caen y una bolsa con manzanas también.

—Joder Viktor, Joder