<<Capítulo 3>>

27 21 21
                                    

En la tarde salí a dar un paseo, me coloque un abrigo negro junto a mis audífonos y salí sin rumbo. Las personas de la calle llevan las mismas nubes sobre sus cabezas. Algunas están hecha tormentas y las personas con una sonrrisa tan creíble. ¿Cuántos en este mundo han fingido estar bien cuando en el fondo no lo están? Creo que muchos o para ser exacta todos alguna vez nos hemos limpiado las lágrimas y salido a la calle con una sonrisa tan falsa como la de la muchacha de pelo rojizo que tengo a unos metros.

Me acerco cada vez un poco más a ella, sin conocerla, sin poder controlar mis pasos, solo sé que mi cuerpo se movía por instinto.

—Buen día—La saludo cordialmente.

—Buen día, ¿la puedo ayudar en algo?

—Al contrario, quería saber si la puedo ayudar a usted.

—¿Perdona?—la muchacha está algo confusa y es normal, debo parecer una loca diciendo cosas raras.

—Si tienes algún problema, estás tristes o solo necesitas desahogarte puedes contar conmigo— No se de dónde salieron esas palabras, pero lo que si sé que fue un detonante para esa joven. Comenzó a llorar, se acercó y me abrazó de imprevisto.

—Muchas gracias, necesitaba esas palabras—Susurra entre sollozos.

Pasamos un rato hablando y desahogandonos, resulta ser que se sentía muy sola, sus padres fallecieron hace un año y su novio la acaba de dejar, estar en vísperas de la navidad la ha deprimido ya que se siente más sola que nunca.

La invite a pasar Navidad en mi casa junto con mi familia. Enseguida acepto con una sonrisa en su rostro. Nos intercambiamos nuestros teléfonos para mantener contacto, se despidió con un abrazo y yo me quedé observándola mientras se alejaba. No podía creer todo lo que había pasado.

Me sentía bien, me alegraba ver que la tormenta que existía en su cabeza ya no estaba sino un pequeño arcoiris con colores muy brillantes. Creo que voy entendiendo cuál es mi misión.

Ayudar a las personas a solucionar sus problemas, tratar de hacerlos  felices en estas fechas, cambiar sus nubes negras por arcoiris preciosos.

La Enviada De La Navidad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora