La Enviada De La Navidad ©

<<Capítulo 4>>

Hoy es un nuevo día, me levanté con mucha energía y felicidad, cosa que no es común en mi en estas fechas.

Hoy es martes y solo tengo hasta el viernes para cumplir la misión.

Obviamente no podré ayudar a todas las personas de este mundo, pero si voy a ser el intento de mejorar la vida de algunos.

Subí al trastero y agarré la caja con todos los adornos, lucesitas y demás cosas. Baje las escaleras y mis padre me miraron modo: Donde está mi hija xd.

—Mamá y papá es hora de arreglar nuestra casa.

—Pero si hasta ayer estabas renuente a ayudarnos.

—Pero hoy es un nuevo día y nunca es tarde para comenzar a hacer las cosas bien.

—Te queremos—Dijo mi madre mientras me daba un abrazo, no recuerdo cuando había sido la última vez que me abrazó, solo sé que hacía mucho.

Pasamos toda la mañana adornando el jardín, el arbolito y adentro de la casa. Había quedado todo perfecto pero estábamos exhaustos.

Almorzamos en familia mientras mencionábamos las cosas que nos hacía falta comprar para la gran cena y alguno que otro adorno que nos faltaba.

Cómo de costumbre los recados me tocan a mi, asi que cogí la lista y salí al súper para comprar las cosas.

Ya en el mercado cojo un carrito y voy cogiendo todo lo de la lista y otras cosas que no estaban pero que yo quería, savia que mi padre me regañaría cuando llegara pero me vale madre ya va a estar comprado jjjj.

Sigo mi camino cuando tropiezo con Marlen la mujer de Lowis mi vecino.

La miro de arriba abajo y su nube está algo complicada, no se como se siente, tiene una mezcla de felicidad con tristeza.

—Disculpa no fue mi intención.

—No pasa nada—le respondo.

—¿Vas a casa?—me pregunta muy amable.

—Si, en cuanto termine de buscar los arándanos para el pastel de mi madre, si llego a casa sin ellos me mata.

—Pues te espero y nos vamos juntas—sonrrie.

—Vale.

Después de pagar todo lo que habíamos comprado salimos una al lado de la otra camino a casa.

—¿Querrías venir a cenar hoy con nosotros?

—Esto.. emm...sería un placer —Acepto al final es que la pregunta me tomo por sorpresa ya que nunca habíamos tenido un acercamiento.

—Estupendo.

Después de unas cuadras charlando llegamos, nos despedimos y quedamos en que nos veríamos a las 8 en su casa.

Al entrar mi padre como les dijee me formó una gorda por aver gastado más de lo necesario pero se le pasó enseguida me dio un beso en la frente y me pidió disculpas por haberme gritado. La verdad siempre era así, yo hacía las cosas mal, el me regañaba y después hacíamos las pases.