Epílogo

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Sus pasos eran rapidos y firmes, sus puños cerrados con fuerza al costado de su cuerpo y aquella mueca de molestia y disgusto seguía allí en su rostro desde que abandono la cafetería en la cual solia reunierse con sus amigos. Siendo que la etapa de exámenes ya habi acabado y Mew solo quería pasar un tiempo de relajación, lejos de los libros y apuntes por doquier.

Éste era su último año y quería guardar y crear los últimos momento antes de tener más responsabilidades. Porque la vida adulta nunca era fácil y él lo sabía.

– Mew, lo siento.

El recien nombrado se detuvo al escucharlo hablar y volteo a verlo más que molesto.

– Dijiste que no me seguirías, que no me rogarias. Asi que cumplelo – se alejó, caminando lo bastante herido de solo pensar en esas palabras.

– Mew – tan pronto logró alcanzarlo, tiro de su brazo y asi poder abrazarlo con fuerza – Perdoname, no quise decir esas cosas.

– No, sueltame – demando con esa voz sería que muy pocas veces solía utilizar.

– ¿Que tengo que hacer para que me perdones?

– Deja de ser tan celoso y desconfiado, yo solo te amo a ti.

Lo sintió apretar aún más su cuerpo y Mew sabía y entendía que la palabra amor tenía efectos contrarios en Gulf de los que tenía él mismo, sobre todo porque aún no era capaz de decirle más que un "te quiero" estaba bien con eso, siempre se repetia que no importaban esas simples palabras, que lo único que importaba era tenerlo a su lado, ¿verdad?

– Trataré de cambiar – dijo Gulf – Pero es que ese amigo tuyo, sabes que no me agrada.

Su agarre se hizo más fuerte sobre el cuerpo de Mew. Se estaba controlando lo más que podía para no volver sobre sus pasos y darles unos cuantos golpes en el rostro a ese chico bonito que no hacia más que tocar discretamente a su novio. ¿Quien se creía? ¿Acaso pesaba que no le estaba viendo?

– Kei solo es amigable, no estaba coqueteando conmigo y menos si estas presente.

– ¡Oh! claro que lo hace – replicó Gulf.

Aunque Mew sabía, que si, efectivamente Kei estaba más cariños que de costumbre solo pero el hecho de querer molestar a Gulf, tampoco podía decirlo y aumenta la furia de su novio, más si éste tenía un temperamento muy explosivo. Quizás habia hecho mal en pedirle convivir con sus amigos, con Dunk no era el problema, si bien, no eran los mejores amigos, lograban tolerarse entre si, pero el caso era diferente cuando se trataba de Kei, Gulf no confiaba en él y siempre que podía se lo hacia ver.

– Me gustan tus celos pero en estos momentos estas siendo muy irracional – expreso el castaño alejándose de Gulf.

– ¿Y que pasa si la situación es al revés? ¿Como te sentirias si alguien se la pasa tocandome todo el tiempo y le hago sonrisitas? ¿Estarias tranquilo?

Definitivamente no lo estaría y probablemente haría una escena como la misma que estaba haciendo Gulf. Para Mew, los celos era algo que se siente cuando no eres seguro y él sabía que Gulf era una persona muy insegura con las relaciones, ésta era la primera que lograba tener muego de su fallo amoroso, con quien en ese tiempo, fue su gran amor. A veces pensaba y creia que volvería ser abandonado y traicionado y aunque Mew se encargaba de hacerle ver que tenía mucho amor que darle, lo cierto era, que no parecia ser suficiente para espantar los fantasmas de su pasado.

Solto un largo suspiro. Nunca podía estar enojado con Gulf, no cuando lo miraba con esa expresión, tan desesperado y buscando su perdón.

– Tienes razón – habló Mew al fin – Debi colocar más límites. No volverá a pasar.

CRUELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora