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Sus ojos color azul le miraron fijamente, se había quedado sin habla y muchísimo mal al escuchar reír al chico frente a ella, pero no por mucho tiempo, ya que en cuanto la brisa nocturna impacto con su cuerpo él comenzó a temblar

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Sus ojos color azul le miraron fijamente, se había quedado sin habla y muchísimo mal al escuchar reír al chico frente a ella, pero no por mucho tiempo, ya que en cuanto la brisa nocturna impacto con su cuerpo él comenzó a temblar.

Phoenix Valentino se dió cuenta de algo, Dipper Gleeful era un friolento, pero también era humano, a su extraña manera. Soltó un suspiro antes de darse la vuelta y acercarse donde el para desde atrás darle un abrazo, cruzando sus brazos por la cintura del chico y parándose de puntillas hasta la altura de su oído, para así poder susurrarle al oído con un tono más serio las siguientes palabras.

─Entonces... ¿Actúas así por qué tienes la necesidad de ser querido por una mujer?

Aquello dejo al chico sin habla, pero no lo demostró al contrario aprovecho esa situación para intentar  dominar  el momento. Tomo las manos de la chica y las retiro de él, luego en un rápido movimiento le acorraló contra la diminuta pared que estaba cerca del balcón, haciendo a la femenina soltar una pequeña risita.

Muy gracioso, Dipper Gleeful creería que eso le enamoraría cómo a cualquier chica, pero no, con ella no funcionaba eso. Pero luego el chico tomo sus manos y las coloco arriba de su cabeza, sosteniendolas únicamente con una mano y colocando su rodilla cerca de la entrepierna de la joven.

Bueno, eso tal vez le hacía sentir diferente.

El chico de los ojos color turquesa le miró fijamente, sus ojos estaban tristes y desolados, hasta juraría haber visto una lágrima salir de ellos, también su boca encorvada y su labio superior ser mordido por el inferior.

─¿Por qué has tardado tanto en comprenderlo? ─preguntó con una voz algo quebradiza haciendo a la pelirroja temblar.

Su sonrisa se borró tan pronto lo miró de esa manera, nunca le había gustado ver a alguien llorar pero tampoco quería dejar de mirarlo, no podía creer que su broma resultará en la verdad y eso le había dejado anonadada.

─l-lo siento...

Susurró en un tono similar al del chico, cosa que llamo su atención y le hizo entablar el contacto visual. Ella se veía sorprendida, podía verlo en su mirada, pero también no ponía objeción a su sometimiento, al contrario podía decir con certeza que eso le había generado interés, ya que sus ojos habían brillado cuando el hizo aquello y no había tocado el tema en lo más mínimo.

─Pero, si te sirve de consuelo. La verdad es que me agrada que seas sincero por una vez.

El chico seguía con esa mirada fingiendo aún dolor y pena, Sí, su madre se había tirado desde el balcón, si, quería el afecto de una mujer, pero no están triste en lo absoluto, al contrario estaba frustrado pero intrigado para el curso que tomaba la conversación.

Chasqueo la lengua alzando la mirada y dirigiendola a la pulcera de la joven sin pudor alguno, notó como comenzaba a ponerse nerviosa, era comprensible. Ya la tenía junto él, podría robarsela y destruirla, pero la verdad no tenía esas intenciones ¿Quién había dicho que quería ayudar a su tío?

─Si te soy sincero, la única persona entre los dos que no ha engañado soy yo.

Aquellas palabras hicieron que la Valentino abriera la boca sorprendida, para luego sonreír de manera provocativa.

─Nunca digo toda la verdad, pero parece que no es necesario. En todo caso debo preguntar ¿Qué harás? ¿Me entregarás a tu tío para que me arranque mi brazo? O...

─Nada. No haré nada. Y con decir nada digo que dejaré de molestarte y hablarte para poder ganarte tiempo y evitar que mi tío se de cuenta que tienes esa reliquia.

La joven guardo silencio y observo al chico de ojos llorosos frente a ella, su rostro comenzaba a ser el mismo de siempre y eso le disgustaba ¿De verdad sería el chico indiferente con ella? Había comenzado a agradarle, hasta podía decir que había comenzado a tener sentimientos por él.

¿Ahora se iría? No podía creerlo pero tampoco planeaba que las cosas siguieran su curso, debía hacer algo.

Movió una de sus manos con la intención de que el chico relajará su agarré y así lo hizo, libero la mano con la pulsera la cual fue a parar con a la mejilla del joven heredero Gleeful.

─Escapa conmigo

El joven abrió sus ojos levemente al escuchar decir eso ¿escapar? ¿Ella quería escapar con él? Pero si el deber de ella era evitar la llegada de Bill Cipher a su dimensión, y ayudar a su contraparte, la contraparte de el y la de su hermana a acabar con los malignos planes de su tío y el ente. No tenía sentido que ella lo considerada para algo así, le parecía demasiado estúpido.

─Dipper, al menos ayúdame a evitar el Apocalipsis dimensional.

El tomó la mano que acariciaba su mejilla y la beso, sonriendo con melancolía negando con la cabeza. No podía hacer eso, sería la muerte segura y el lo sabía.

─Ya tienes a Will, además soy solo el mujeriego del pueblo ¿En qué te podría servir?

Ya sabía de Will, era obvio, lo supuso cuando los descubrió hablando en la funeraria, pero aún así eso no era lo más importante. La joven pelirroja lo miro fijamente frunciendo ligeramente el ceño, de verdad no quería dejar a el Gleeful con su tío, desde la vez que se quedaron atrapados en su casa del árbol, no podía evitar sentir miedo por él. ¿Y si su tío le hacía algo y se deshacía de él justo como lo hizo con el padre de él joven?

Podía ser un mujeriego, pero de igual manera no merecía morir.

─Por favor, ven conmigo. No creo que a Will le moleste, además a él ha ideado un plan para el caso en que te le rebelaras a tu tío.

El chico se sorprendió ante ello, más no mostró reacción alguna. Ya que recordaba, una de las habilidades de Will era ver los posibles futuros. Maldito Will, era tan amable que le daba asco, pero si algo le alegraba es que lo hubiera considerado en su plan.

─¿Will me ha considerado? Creí que me odiaba, bueno supongo que se apiadó de alguien tan mediocre como yo...─pauso, dirigiendo su mirada donde la joven─ Iré si me das un beso.

Y la joven sonrió, su Dipper Gleeful había vuelto y le hacía feliz. Parecía tener un poco de ánimo, pero al menos era algo a nada.

─No estás tan lejos de conseguir un par

Y tras decir esas palabras las mejillas del joven frente a ella se volvieron rojas, ¿Después de todo lo que había hecho conseguiría un beso de esa joven?

─Bromeas, lo sé.

La joven rodo sus ojos antes de colocar su otra mano sobre la mejilla del joven y atraerlo donde ella, tal vez no beso sus labios, pero su frente sí. Pero con eso bastaba para tener al chico a sus pies.

 Pero con eso bastaba para tener al chico a sus pies

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𝘕𝘰𝘵 𝘴𝘰 𝘦𝘢𝘴𝘺•| Dipper Gleeful •| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora