02.

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Hoseok estaba en su habitación buscando entre sus cosas, en fin en todos los lugares  que estuvo antes de ir a ducharse pero en ningún lado apareció el collar que le dio su madre antes de morir.

— ¡Dónde está!... llevo horas buscándolo — artículo mientras pasaba sus manos por su cabello ya desordenado.

Al no encontrar en toda la casa empezó a meditar los posibles lugares donde pudo haberlo dejado.

— En el taxi... — fue una de sus últimas opciones.

Dejó caer su cuerpo sobre la cama cansado de pensar en algo más — No, en hay no lo deje... —resoplo — Entonces... ¿Tal vez en el avión?... — se levantó como rayo de su cama y gritó — ¡¡LO DEJE EN EL AVIÓN!! — era una posibilidad nueve de diez.

— ¿Hobi pasa algo con el avión? — su padre preguntó con la voz amortiguada por las paredes al escuchar el escándalo que estaba causando.

— Papá iré al aeropuerto ahora mismo — dijo el castaño bajando apresuradamente las escaleras de su casa y dirigiéndose donde estaba su padre.

— Ya es de noche y necesitas descansar... — el padre de Hoseok puso la mano en su barbilla y sopeso por un rato sobre lo que su hijo dijo y prosiguió — ¿y para qué quieres ir al aeropuerto?

— Pues ... — el castaño dirigió su mirada al suelo y empezó a mover sus manos con incomodidad. Era aún un tema sensible el hablar de su madre para ambos — olvide el collar que mamá me regaló — vaciló — lo tenía guardado en mi bolsillo... se debió caer en el asiento.

La expresión en el rostro del padre de Hoseok cambió a una de nostalgia al recordar a su ex esposa a la cual amo mucho.

— Mañana podrás ir, hoy debes descansar después de tu viaje — se repuso luego de unos segundos y dijo con la voz calmada y acogedora.

Hoseok asintió, la verdad si estaba cansado, subió a su habitación y se tumbó en su cama esperando con ansias el amanecer.

  
 
❝☆☆☆☆☆☆☆☆❞

En la mañana el sol entraba a través de la ventana a la habitación de Hoseok, pero este ya no se encontraba en su cama y solo se escuchaba el sonido de la ducha, el vapor del agua caliente y el característico olor a cítricos del shampoo de Hoseok.

Salió del baño con un toalla envuelta en sus caderas y se dirigió a sacar una muda de ropa, unos jeans rasgados en las rodillas de color azul, un polo y zapatillas de color negro. Se maquilló tratando de tapar las pequeñas ojeras que se formaron la noche anterior por pensar sí tendría suerte al encontrar el collar de su madre.

Al terminar de arreglarse cogió su cartera junto con su celular y salió de su habitación, camino a través de la casa llegando al garaje donde guardaba el auto que su padre le había regalado por su cumpleaños número veintidós.

Pidió al chófer de su padre que lo llevará al aeropuerto ya que el castaño era pésimo manejando el auto y esa era la razón por la que no contaba con la licencia de conducir.

Apenas llegó al aeropuerto fue a preguntar sobre su collar y le atendió una muchacha muy simpática.

Para la suerte de Hoseok le dijo que si  encontraron el collar y  que esperará unos cuantos minutos para que lo trajeran.

Cuando Hoseok vio a la muchacha que anteriormente le atendió trayendo una cajita color azul acero supo que era el collar que su madre le regaló y corrió eufórico al no poder esperar volver a tenerlo en sus manos. Agradeció y se dirigió a la salida del aeropuerto mirando el collar atentamente.

𝘾𝙊𝙉𝙑𝙀𝙉𝙄𝙊 𝙈𝘼𝙏𝙍𝙄𝙈𝙊𝙉𝙄𝘼𝙇.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora