05 SHOT

540 58 0
                                    

El siempre sale, incluso cuando uno no ha descansado y no desea enfrentarse a un nuevo día, incluso cuando sientes que tu vida está en una tormenta, ahí está la luz de un nuevo día, casi cegándote hasta hacer que sea difícil abrir los ojos.

Volkov aquella mañana volvió a vestirse de forma correcta, regresó a la rutina con la esperanza de verse inmutable, inalterable incluso cuando sentía un pequeño dolor en la cabeza por casi llorar toda la noche y sintiéndose más confundido que antes. Pero a medida que su mañana inicia con otra reunión por el caso de Peculado del Gobernador, simplemente activa su modo agente, el del perfecto soldado entrenado. Pero mantener esa postura ese día se le hace más agotador tanto que cuando se dirige a media mañana a su despacho, se declina por tomar el café del pasillo solo porque no desea ir a la cafetería.

Más cuando avanza en dirección de su despacho y ve quién está ahí desea dar una vuelta, porque esa mañana no desea ser amable, no desea escuchar la cháchara de Blake, pero este ya le ha visto, y eleva un café que de seguro trajo de la cafetería. Podría girarse y hacer un desplante, pero Volkov nunca ha actuado así, en aquel lugar lo creen inamovible, una persona tan seria que es imposible que se vea afectado por cosas personales. Asi que avanza, aunque se arrepiente cuando Blake habla.

— Me estaba resignando a buscarte, porque en la tarde tenemos otra intervención, pero... necesitaba hablar de algo contigo.

Esta vez la voz del despreocupado agente baja un tono y casi es susurrante, como si aquello que va a decir va a ser personal. Volkov tiene una idea de por qué... así que toma asiento en su escritorio, e ignora el café del contrario y solo coge otro informe al azar.

— Ayer Horacio vino a mi casa muy de madrugada, estaba un poco tomado, y vi su lado vulnerable, y durmió en mi casa.

Volkov no puede ni concentrarse en la lectura, su vista mira las palabras pero no encuentra significado, pero aún así no eleva la mirada, no se mueve siquiera. Blake ajeno a las reacciones contrarias sigue hablando.

— Me pidió quedarse, un lugar donde dormir, solo eso, no me mal entiendas. Lo vi destrozado, vi un hombre que sufría tanto y me contó historias...

Los dedos apretaron de más las hojas del informe, y Volkov quiso interrumpir porque no deseaba saber que Horacio confió su historia a un ajeno, cuando ellos apenas si podían hablar de estas.

— Sobre un gran amor que perdió, sobre cómo al conocerle descubrió un mundo nuevo, que creyó que la vida al lado de esta persona sería un futuro por el que deseaba luchar, pero no lo hizo, porque su familia se opuso, al parecer lo creían inadecuado, un estorbo. Hasta que un día sucedió algo, en el que su familia le puso a elegir entre ellos o él, pero H en vez de defenderlo guardó silencio y..

— ¿Realmente crees que es verdad?

— ¿Qué?

— Nadie anda contando las cosas que más duelen, quizá ese tal H es más sentimental de lo que pareces contar...

— No lo juzgues tan duro, se notaba en su voz que le dolía, que anhelaba reencontrarlo y se notaba que un hombre que siente mucho, y aquello caló en mi...

— Pareces esperanzado en él, ¿no dijiste que no deseabas una relación seria?

— Lo dije, pero una cosa es ver un lado divertido de una persona y otra que te muestre su lado vulnerable, él confío en mí y...

— No dices que ama a otra persona, ¿Acaso piensas consolarlo, hacerle olvidar a esa persona?

Para ese momento Volkov había olvidado el informe y encendió un cigarrillo, y su mirada parecía más fría que antes, su rostro mostraba una frialdad que algunos solo podían ver cuando estaba concentrado en su objetivo o ...

— Volkov... siempre he creído que eras franco, y serio, pero hoy tus palabras rozan la fría crueldad.

Blake se ponía en pie, no sabiendo que el contrario, no deseaba seguir escuchando de su ex, o de cómo parecía como él mismo sugirió buscar un nuevo inicio. Viktor no deseaba saber más de Horacio, o Blake, solo quería que lo dejaran en paz, solo y con sus informes, que le permitan ser solo el perfecto agente.

— He querido hablar contigo, porque siento que con tu frialdad me podría aconsejar, antes podía hablar con cualquiera comentar alguna cosa, porque se me era irrelevante, pero ahora que siento más, que parece algo más delicado deseo ser cauteloso privado con...

— Blake si que tienes tiempo libre, para dedicarte a sobrepensar en tu vida amorosa, y más traerlo al trabajo.

— Volkov...

— Lo siento, pero hoy tengo el día ocupado, ya viste los informes que tengo en la mesa, lo del gobernador no puede esperar.

— Parece que me botas, cuando antes no lo hacías, yo pensé que tú podrías...

— Blake, estamos en las oficinas y necesito trabajar...

Blake miró al contrario, y por vez primera entendió porqué algunos califican de eficaz al director de la oficina de Cuello Blanco del FBI, parecía que solo pensaba en el trabajo y todo lo demás no le era importante, antes pensaba que podían haber sido amigos, porque le permitía entrar a su despecho, y despotricar, porque a veces levantaba la mirada cuando contaba su historia como si le interesara o a veces incluso asentía, pero hoy... la frialdad solo era encontrada en aquella mirada gris.

— Si, lo siento... tienes razón, ha sido poco profesional traer mis problemas al trabajo, debo prepararme para la tarde. De todas maneras gracias.

Y salió Blake, dejando a Volkov con el inicio de una migraña, este cerró los ojos, y apretó los puños, cuando el se fué sabía que no llegaría amar nunca más como lo hizo con H, porque apostar su corazón como lo hizo y fallar no era una experiencia que deseaba repetir, así que solo se dedicó a trabajar, pero en ese momento simplemente deseó dar una pausa a su vida, a todo cuanto le rodeaba. Con ese pensamiento y quizá a punto de cometer una locura su mano fue en dirección del teléfono, cuando éste sonó.

— Volkov, el consejero del Gobernador está dando una conferencia de prensa, está confesando todo fue su idea. Estoy enviando al equipo especial para arrestarlo. El caso pasará a la fiscalía.

— Lo entiendo. Otra cosa jefe, necesito hablar con usted.

— Está bien, te espero en la oficina, tenemos 20 minutos antes que venga el concejal, activa tus protocolos para incautar, y congelar todas sus cuentas.

— 10-4, Señor. 

No pretendí - VolkacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora