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El espectro logró notar perfectamente como el rubio se ruborizaba, muy a pesar de que el otro trató de ocultarlo. Espero con falsa paciencia a qué el otro hablara. Pero, simplemente ya se estaba desesperando.
──── ¿Me escuchaste, niño~? Yo sí tengo todo el día, tú no. ──── Soltó con algo de verdad, y más que nada burla. Viendo su muñeca como si tuviera un reloj que, claramente, no tenía.
El otro sólo lo miró con todas sus ideas a favor de pedir disculpas e irse arrepentido, como un cobarde.
Un suspiro. Dos ojos viéndole expectantes. Tres pasos al frente. Y él con los nervios a flor de piel. No podía creer que de verdad iba a hacer aquello.
El fantasma se mantuvo en su lugar, sin saber exactamente que debería hacer pues su contrario se mantenía con la mirada gacha tomándolo a él por los hombros. Lo mantenía en su lugar y no le permitía retroceder, el espectro fácilmente podría atacarlo y alejarse de él pero.. Si era honesto, quería saber que sucedería después..
──── ¿Y bien?. ──── Susurró impaciente. Simplemente bajando la mirada procurando que el rubio lo escuchara, fue sencillo ya que el mismo estaba, prácticamente, recostado en su pecho. Aún sín soltar sus hombros.
──── Hanako.. ──── Habló por fin. Tomando algo de valor para lo que estaba por pedir, y ansioso por lo que posiblemente pasaría después. ──── Yo.. Yo quiero un beso..
Sin perder mucho tiempo el otro río.
──── ¡Es casi como el deseo de Yashiro! Bien, bien, ¿de quién? ¿como es ella? Primero vamos a tener que enamorarla de ti ~ ──── Comento Hanako entré gritos y Kou se lamentaba no haber sido específico desde un principio.
──── No.. No es un "ella".. ──── Habló bajo.
──── ¡UN ÉL, WOOW! ──── Exclamó. Separándose por fin del chico, para dar varios saltos asombrado por la repentina confesión. ──── ¿Y? ¿Quién es? ¿Lo conozco? ¿Seguro que solo quieres un beso~?
Preguntó y el otro posó sus manos en los labios del fantasma que no dejaba de hacerle avergonzar.
──── ¡Ha- Hanako idiota! ──── A su vez dejo su boca libre. Entonces retrocedió, y por algúna razón había empezado a llorar. ──── ¡Eres tú, ¿qué no lo notas? Tú, torpe, me gustas!
Y como si lo que acababa de decir no fuera suficiente, se apresuró a acercar su rostro al de el fantasma qué se encontraba estupefacto por lo dicho, y sin más rodeos, lo besó.
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