En el que Jisung es una estrella del pop galardonada con una habilidad especial para meterse en problemas, y Minho es el guardaespaldas que no quería contratar y que tiene algunos problemas para mantenerse profesional.
¡! La historia no me pertenece...
Lo dan de alta del hospital al día siguiente, sorprendentemente, pero le dicen que estará prácticamente postrado en cama durante bastante tiempo. Sin embargo, no hay nada fatalmente malo en él. Aparentemente tiene suerte de no tener una conmoción cerebral, y no había mucho que pudieran hacer por sus costillas. Básicamente, solo tiene dolor, y no hay mucho que los médicos puedan hacer por él que no se pueda hacer con la misma facilidad en casa.
Hyunjin está allí para llevarlo a casa, recogiéndolo del hospital en un discreto auto negro. Jisung entra, cierra los ojos y se desmaya. Cualesquiera que sean los analgésicos que le hayan puesto, son muy fuertes. Es impresionante.
El único inconveniente de ser dado de alta del hospital es que no puede conseguir que nadie lo deje en paz. Al menos allí, podría llamar a alguien para que escoltara a todos. En casa, literalmente tiene que gritarles a Felix y Seungmin dos veces, pero ninguno de ellos se mueve de su sofá. Aparentemente, todos lo están vigilando hasta que esté mejor, lo que podría llevar semanas, dijo el médico.
Jeongin regresa días después, justo cuando Jisung está empezando a tener claustrofobia. Todavía está tomando medicamentos para el dolor, su rostro todavía es espantoso para mirar cada vez que pasa frente a un espejo, y todavía no se considera lo suficientemente bueno como para salir de la casa por su cuenta.
"¿Cómo te sientes?" pregunta Jeongin. Son los únicos en la habitación de Jisung, pero no son los únicos en su apartamento. Sin embargo, Jisung está hasta aquí con casi todo el mundo, así que se encerró en su habitación. Y como Jeongin aún no lo ha enojado, lo dejó entrar.
"Estoy bien", dice Jisung. Es la verdad. El dolor es algo con lo que puede lidiar. "He estado mejor, pero estoy bien".
Jeongin asiente lentamente y una mirada incómoda se apodera de su rostro. "Pero no estaba preguntando cómo te sentías físicamente". Jisung parpadea hacia él. "Quiero decir, eso debe haber sido bastante jodido para lidiar con lo que sucedió. ¿Seguro que estás bien?"
Nuevamente, Jisung parpadea, solo que esta vez lo ve en la parte posterior de sus párpados. Rostros manchados de rojo, grotescos, mirándolo lascivamente. El suelo del baño, sucio de baldosas grises que parecían negras cuando escupía su sangre sobre ellas. El sonido de la risa y la música golpeando en la distancia. Esa repentina y desesperada comprensión de que podía morir, en realidad, y que nadie estaba allí para detenerlo. Y luego, la misma desesperanza cuando volvió en sí después de desmayarse, con la cabeza apoyada en ese frío suelo de baldosas, alguien agachándose a su lado, preguntándole si estaba bien antes de gritarle a alguien que llamara a una ambulancia.
"Estoy bien", miente Jisung. "Ni siquiera lo recuerdo, honestamente. Estaba bastante intoxicado cuando sucedió".
"Mm", murmura Jeongin. "Bueno, si tú lo dices."
"Lo hago."
"¿Quieres que eche a Felix de tu piso antes de que prenda fuego a algo?"
"No", dice Jisung. "Déjalo. Si le prometo que HyunA lo siga en Twitter, me frotará los pies".
Jeongin niega con la cabeza. "La fama te ha cambiado, hombre".
Jisung lo empuja y se ríe.
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