Capítulo 12

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"Va a ser una noche hermosa", dijo Sana mientras sacaba sus sillas a la terraza después de que Tzuyu había atracado en su cala favorita. "No nos hemos sentado afuera ni mirado la luna en mucho tiempo"

"Un poco difícil en la ciudad", dijo Tzuyu.

"Es por eso que tenemos que venir al lago más a menudo." Tomó la copa de vino que Tzuyu le estaba entregando. "Gracias".

Tzuyu se sentó junto a ella, y juntas miraron el cielo nocturno en silencio, la luna ya se levantaba sobre los árboles en aquella corta noche de enero. En realidad, era la época del año que Tzuyu odiaba. Nada verde, sin vitalidad. Sin mirones, ni grillos, sin sonido. Sólo el chapoteo del agua tranquila, mientras el barco se balanceaba suavemente en la superficie.

Tzuyu apartó su mirada de la luna, mirando a Sana. Sana finalmente volvió la cabeza, mirándola a los ojos. "¿Vas a decirme qué has descubierto hoy?"

"¿Qué te hace pensar que he descubierto algo?"

"Porque tenías algo que decirle a Park y no lo hiciste."

Sana asintió con la cabeza. "Ya veo." Ella tomó un sorbo de vino, dudando. "¿Quieres hablar de Mina en primer lugar, o quieres hablar de mi partida?" Tzuyu se volvió hacia la luna, temerosa.

"No estoy segura de querer hablar sobre tu partida", dijo. "Es un poco atemorizante, para ser honesta".

Sana entrelazó sus dedos. "No hay nada que temer. Te lo prometo." Apretó su mano. "Confías en mí, ¿no?"

Tzuyu asintió. "Sí".

"Está bien." Le apretó la mano de nuevo antes de soltarla. "Vamos a hablar de mi partida esta noche. En la cama", añadió.

Tzuyu se quedó mirando la luna, odiando sentirse tan insegura, odiando tener miedo de que sus vidas fuesen a cambiar. Y era una vida que ahora sabía, no podría vivir sin ella, una vida en la que se sentía feliz, completa. Contenía todas esas cosas que nunca pensó podría merecer.

"¿Unnie?"

"¿Hmm?"

Tzuyu dudó sólo un momento. "Te amo".

Vio cómo Sana tomó una respiración fuerte. Siempre lo hacía. Dos pequeñas palabras. Pero aún así, eran dos palabras que rara vez mencionaba. Todavía no podía olvidar su infancia, todavía tenía miedo de ser dejada atrás, dejada sola. Y en esas ocasiones cuando algo la tocaba, cuando algo le hacía pronunciar aquellas palabras, como esta noche, sabía que Sana sentía el verdadero significado de ellas. No eran sólo dos palabras que han sido dichas con tanta indiferencia por la mayoría, dos palabras lanzadas sin pensar. Cuando ella las decía, venían de su corazón. Totalmente.

Sintió a la mayor alcanzarla nuevamente, deslizando su mano por su brazo hasta llegar a la de ella, entrelazando sus dedos. No dijeron nada, simplemente se sentaron tranquilamente tomadas de la mano. Finalmente, se relajó. "Ahora, ¿estás lista para decirme lo que te dijo Mina?"

Sana se echó a reír. "¿Es hora de volver al trabajo?" Ella le tendió la copa de vino. "Llénala, por favor."

"¿Estás disfrutando el mantenerme en la oscuridad?" Tzuyu cuestionó mientras rellenaba la copa de vino. "¿Y cuán amable fue la señorita Myoui?"

Sana se echó a reír de nuevo. "Oh, Dios mío, no estás celosa, ¿verdad?"

"Por supuesto que no. Es solo que yo nunca la consideraría amable, eso es todo."

"En realidad, ella fue bastante agradable y, sorprendentemente, muy comprensiva".

"¿Ah, sí?"

"Hablamos, Tzuyu." Sana la miró. "Hablamos... Extraoficialmente".

In the name of the fatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora