Él...la única persona que puede hacerme reír hasta que me duela el estómago, que me lleva la contraria en todo, me dice cosas que sabe que no me gustan sólo para hacerme molestar porque le hace gracia verme así.
Es una de las pocas personas con las que puedo pasarme todo el día tumbada en la cama haciendo nada, a veces incluso, nos llega la madrugada hablando de cualquier tipo de cosas, que nos fascinan y a otros les parecerían insignificantes, acostados, olvidándonos del mundo, porque al menos para mí, en momentos como esos él se convierte en mi mundo.
Él es, el único ser en el planeta tierra por el que me derrito cuando me rapea al oído; cuando juntos vamos recitando una canción parte y parte, en el coro es al unísono.
Es algo mágico, algo inexplicable ver como nos entendemos y complementamos en prácticamente todo.
Es increíble, pero con él, tengo una confianza que no había tenido con nadie nunca, no cambiaría por nada todo eso que tenemos.
Son mínimas las probabilidades de que encuentres a alguien así cómo él, quizá inexistentes, pues para mi, no hay otro que siquiera llegue a parecersele un poquito.
Podría pasarme toda una vida diciendo porqué él es el mejor del mundo, y agradeciendo por todas esas cosas, y no me bastaría.
Mi sonrisa.
Mi luz.
Mi cielo.
Mi amor.
Mi vida.
Mi todo.
Él, mi número 10.
Él, el mejor.
