Tanto tiempo…
Fue mucho tiempo el que estuve pensando que hacer con mi vida. Lo más difícil de perder a una persona en cualquier sentido –En este caso en todos- es despertarse. Despertarte para pasar todo el día pensando; pensando en que hacer. Creas una burbuja en la que te encierras para cohibirte de sentir cualquier dolor, y al mismo tiempo te cohíbes de sentir felicidad o cualquier otra cosa, y estamos consientes de ello, pero no importa. No importa nada, mientras no sientas dolor. Los primeros días están llenos de llantos. Todo te recuerda a esa persona…Es como si aun pudieras escuchar su voz, o su sonrisa. Y así pasan semanas, y semanas, y sientes que el dolor nunca se irá. Van pasando los meses y…te alejas cada vez más de todos, no tienes mente para nada que no sea esa persona. No puedes pensar en nada más. Esto, inevitablemente te causa problemas, y parece como si hubiera una fila llena de ellos esperando su turno para aparecer, uno tras otro. Un año de su perdida, parece tanto y a la vez tan poco… ¿Recuerdas cuando lo conociste? ¿Cuándo fue que te hizo sonreír por primera vez? ¿Cómo era que le decías? ¿Has olvidado algo? ¿No? Yo tampoco. Dos años; sigues recordando todo, desde los días que pasaste con esa persona hasta las noches en las que te quedabas despierta para hablarle. Aun sigues sonriendo al levantarte el día de su cumpleaños, e imaginas como seria estar con esa persona ese día. Tres años; todavía lloras cada noche antes de dormir, aun no puedes creer que no esté…No puedes aceptar que se haya ido. Cuatro años; Crees que todo ha pasado, que ya no te importa, que es parte del pasado…Hasta que un día te das cuenta que no es así. No estuviste lista para perderle, no estabas lista para decir adiós, no así, no en ese momento.
