꧁Un príncipe que todos desean, un heredero que todos anhelan.꧂
Suelen decir que las cosas suceden por algo, porque el destino fue el que decidió por ti. Pero a veces, duele tanto aceptarlo que intentas ir en su contra.
Y vaya que eso te costará bast...
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= Narrador Protagonista =
~ Samuel ~
- Ya es hora, hijo - escuché por parte de mi padre para luego verle asentir. La puerta del carruaje fue abierta segundos después permitiéndome el paso, cosa que fue algo complicada si recordamos lo esponjoso que era el vestido, pero por suerte uno de los sirvientes fue muy amable en ayudarme.
Fue apenas colocar mis pies sobre el suelo y era el centro de atención, lo que me puso algo nervioso por intenté hacer mi sonrisa más sutil y calmada que antes, cosa que veo que funcionó debido a que la expresión de sus rostros no había cambiado aunque claro, no debía de olvidar a las personas que solamente habían aceptado la invitación para averiguar el chisme completo ya que estas cada dos segundos se murmuraban cosas unas a otras.
Negué divertido por eso para luego ser seguido por mis padres para así caminar hacia el gran arco de flores que había cerca.
Se preguntarán que hacía un arco de flores si supuestamente había llegado a la iglesia, pues resulta que todavía no había entrado en esta debido a que me encontraba en el jardín.
Mis pasos eran cadenciosos, sutiles y elegantes. Mi postura era lo más correcta posible siendo seguido por mi cabeza en alto con el mentón dirigido hacia el frente. Mis manos estaban una sobre la otra sobre el centro de mi cintura siendo una la que llevaba el famoso ramo de flores.
Cada vez que avanzaba sentía como las miradas y los murmullos iban en aumento sintiendo un gran peso sobre mi mismo, pero debía de seguir tal y como estaba ahora, así que para calmar un poco mis nervios respiré profundamente y de forma pausada, aunque claro, sin mostrar que estaba un poco agitado, pues no pensé que este momento llegara tan rápido.
Por los Dioses, apenas cumplí los dieciocho y estoy a punto de casarme, con el alfa que amo, pero apunto de casarme muy joven ¿no creen?
Todo pasó muy rápido ahora que me pongo a pensar.
Ya ni recuerdo la fecha exacta de cómo fue mi primer cumpleaños, o cómo fue mi sorpresa cuando probé por primera vez una fruta, pero lo que si no se me olvida, es el momento exacto en que ofrecí mi primera vez...
- ¿Todo bien? Samuel - la voz de mi padre me saca de mis pensamientos borrándolos todos definitivamente dejando solo uno en mi consciencia: mi primera vez.
- S-si, si señor - le respondí con una pequeña sonrisa surcando mis labios. Me giré un poco para preguntarle algo a mi madre pero al no verla me confundí un poco - ¿y mamá? - volví a verle.
- Ya entró, dice que quiere grabar el momento exacto en que su hijo entra a la iglesia - ríe un poco.
- Oh... ya veo - desvié la mirada hacia la puerta de madera que había ya en frente cayendo así en cuenta de que ya habíamos llegado.
