꧁Un príncipe que todos desean, un heredero que todos anhelan.꧂
Suelen decir que las cosas suceden por algo, porque el destino fue el que decidió por ti. Pero a veces, duele tanto aceptarlo que intentas ir en su contra.
Y vaya que eso te costará bast...
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=Narrador omnisciente=
~???~
—Felicidades, es un niño —dice la mujer para dejar al recién nacido en brazos de su madre, la reina.
—Es... hermoso... —dice la hermosa omega al ver las bellas esmeraldas que portaba su hijo, el primero y el último que tendría...
~🧊~
—Su majestad... —se acerca uno de los plebeyos del pueblo con un jarrón en sus manos - mi familia acaba de hacer este delicioso vino, me gustaría saber la opinión de la reina. —le pide humildemente un poco apenado, aunque por dentro estaba gozando del resultado que obtendría si ella tomaba tan solo un sorbo.
—¡Oh! —exclama esta un poco sorprendida— Claro que sí, bello hombre —acepta para tomar aquel jarrón entre sus manos.
Los soldados que venían con ella cada vez que salía sin el rey para cuidarle y que nada malo le pasase a la madre del joven príncipe, se le veían algo nerviosos. Se notaba a leguas que no se fiaban del joven que tenían en frente. Si tan solo hubieran seguido sus instintos y no le hubiesen permitido probar de aquel líquido...
La gente que pasaba al lado de aquella bella dama, y otros se quedaban estáticos cerca suyo veían clara y perfectamente como esta bebía de aquel líquido. Como se comprimía sugarganta cada que daba un sorbo a este. En total fueron tan solo dos, ni más ni menos según las diferentes historias contadas por los presentes.
Después la joven le entrego el jarrón con una de sus sonrisa al "buen" hombre, como le había llamado. Que equivocada estaba...
~🧊~
—Cariño... —le llama su esposo otra vez —¿De verdad estás bien? —le pregunta este sin dejar su preocupación a un lado.
Su esposa asiente tranquilamente con la cabeza. Cosa que solo solía hacer cuando de verdad algo malo le pasaba, debido a que la mejor forma de tranquilizar a su esposo era dejando salir sus feromonas a fresa tranquilizándole, y las veces que no lo hacía era porque estas le delataban.
—Estoy bien... Isak... —le dice, pero claramente su tono de voz tan cansado decía lo contrario. cosa que alcanzó a notar su esposo.
—¿Por qué no vas a descansar? amor —le aconseja amablemente. Ella siente la cabeza y con ayuda de su esposo llega a la habitación de ambos. Al lado de la cama se encontraba su hijo, durmiendo plácidamente en unas de las mejores mantas de lana, la más cómoda de su reino. Se veía tan lindo y tierno.
—Que lindo es nuestro hijo, ¿no crees? linda - pregunta su esposo al verle su mirada atenta en el bebé.
