Capítulo 1

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Capítulo 1

SOPHIE

—El cáncer de pulmón: una enfermedad incurable, que se produce y contraataca directo al pulmón. Siendo claros, se aferra a los tejidos del pulmón, como un chicle muy pegajoso. Suelen adherirse a los conductos de aire y recubren su alrededor. Es una de las enfermedades con más causas de muerte. Siendo sincera, con sólo escuchar esto salir de mi boca, me dan escalofríos, pero intento ser fuerte. El cáncer, lo heredé de mi padre, por razones de que él fumaba incontables veces. Yo aspiraba todo ese humo a mi edad de 5 años, y eso provocó mi enfermedad. Antes de eso, mi padre fue diagnosticado con cáncer de pulmón. A mi madre le dió un fuerte impacto que se mantuvo en cama por algunos días. El día en que dieron la noticia, en el que mi padre ya no le llegaba el oxígeno de la máquina a sus pulmones, recuerdo a mi madre haberse vuelto loca al punto de llorar, suplicando que él volviese. Tuvieron que sacarla para ver si podían hacer algo. Mi madre en un momento se tranquilizó, pero seguía llorando en voz baja. Yo no entendía nada porque era una simple niña de cinco años que sólo podía observar lo que pasaba. Siempre, mi madre se echa la culpa de todo, gritaba que: sí sólo, no lo hubiera dejado fumar, todo hubiera sido diferente. ¡Todo es mi culpa! ¡Mi culpa!

Mi padre falleció, y eso dejó un gran vacío en mi madre y en mí. Pasando los años, mi mamá seguía igual. Nunca borró ninguna foto de él del celular, y eso provocaba que se volviera a sentir culpable por no poder hacer nada, al punto de terminar llorando. Yo no podía hacer nada y solamente me acercaba a ella, y la abrazaba. Recuerdo que esas lágrimas tocaban mi blusa, y la empapaban. El 12 de marzo del 2014, a mis 13 años, en una fiesta de cumpleaños, corrí tanto que mis pulmones, apenas podían mantener el ritmo cardiaco. En ese momento, mi pecho me empezó a doler y mi respiración se entrecortada. Mis ojos no podían distinguir tan bien, sólo el negro, negro... Lo único que pude ver, son las personas de la ambulancia, y una mirada muy preocupada y desgarradora de mi madre, diciendo que no me vaya yo también. Y desperté en este lugar, con olor a medicamentos y quimioterapia. Quizás para muchas personas les pueda parecer muy horrible este lugar, y los entiendo, pero más bien da esa seguridad de que, nada malo va a pasar. Que hay enfermeras atendiéndote de forma cariñosa. Los otros pacientes de las diferentes salas y habitaciones son muy amigables. No es tan horrible, cómo pensé.

Y bueno, esto fue todo por hoy, viewers. Recuerden lavarse correctamente las manos, y tosan por su codo y no con la palma de la mano. —Río—. Hasta luego viewers, nos vemos. —Apago mi laptop.

UNA ENFERMEDAD ENTRE AMOR Y DISTANCIA
escrito por: Aslan Grey

Camino felizmente por los pasillos del hospital. Saludo a Emma; una enfermera que me ha cuidado muy bien, y me da doble malteada porque le caigo bien. Saludo a las puertas abiertas de cada habitación. Conozco literalmente a todos, ya llevo cómo 4 años aquí, así que cómo no conocerlos. Llevo una blusa turquesa que cae por el medio de mis hombros, y un pantalón blanco, rasgado, acompañado de unos tenis negros con suelas blancas. Sonrío al ver a la señorita Martina.

—¡Buenos días, Sophie! —Me sonríe—. ¿Amaneciste bien?

—Mejor que nunca, ¿y tú? ¿Cómo van los medicamentos?

—Van perfectamente como los quiero —dice, alegremente.

—¡Me alegra escuchar eso, Martina!

—Oh por favor, no me digas Martina, llámame, María —dice.

—Bien, te diré María de ahora en adelante.

Una Enfermedad Entre Amor Y Distancia/ #awardssubmarino2022 #PGP2022 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora