Todo a mi alrededor se movía bruscamente "¿Será esto un temblor?". Mi cuerpo me dolía como el demonio, los ojos me pasaban y mi respiración se entrecortaba. Estaba hiperventilando y los pulmones me dolían.
Había tardado en dormir mucho tiempo, tal vez minutos u horas. Mi memoria estaba borrosa, solo distinguía una voz y cabello blanco.
Esas manos me habían arrastrado por el librero y aventado a un lugar muy oscuro que no veía nada, tenía miedo y deseaba que todo se tratara, de nuevo, de un maldito sueño.
De repente mi garganta se cerró. No podía respirar; abrí la boca y no entraba nada de aire. Rasguñaba mi cuello esperando a que surtiera algún efecto con solo rasgarla.
Mi boca se secaba a la vez que mi visión cada vez se nublaba, "¿Por qué no podía respirar? Tal vez si estaba a punto de morir, pero nunca creí que sería una muerte lenta". Me comenzaba a rendir, no quería hacerlo; no había hecho lo suficiente para tener mi vida como yo anhelaba, pero nada comenzaba a importarme.
- No sobrevivas y a nadie la va a importar – Algo trono dentro de mí al oír esas palabras y mis ojos se abrieron de plano - ¿A quién le importa una persona que solo sigue las reglas que otros crearon?
Ese cabello color blanco de nuevo. Si piel era pálida, sus labios no se distinguían de su piel y esos grandes ojos amarillos que me miraban fijamente.
- Solo muérete y reducirá la población, de todos modos, eres insignificante – Su voz fuerte diciendo tan déspotas palabras con una sonrisa torcida.
¿Cómo podía reclamarle sin poder respirar? Quería responderle de todo lo que se equivocaba. Un fuego ardía en mi pecho y mi cuerpo estaba listo para reaccionar. Sentía un cosquilleo en las puntas de mis dedos por la falta de oxígeno.
Podía morirme en cualquier momento, en cambio, nunca lo haría en frente de esta maldita. Deje salir todo el aire que me quedaba. Sentí un gran alivio poder volver a respirar, pero ahora tener su cabeza en mis manos sería más reconfortante.
- Si soy tan desechable, ¿Por qué me seguiste? – Lo dije con el primer aliento que pude exhalar.
- Te seguí, porque tienes lo mismo que yo – Su sonrisa era de una demente – No me tengas miedo, soy como tú – Extendió su mano y me acarició la mejilla con cariño – Solo ve a tu alrededor.
Desde que llegué solo había concentrado mi mirada en ella sin percatarme de mi alrededor. Era una estructura de piedra con algo de moho en las esquinas – Fue la razón por la que me costaba respirar, el moho era de color azul -. Había ventanales gigantes que cubrían toda la pared del pasillo que nos encontrábamos. Afuera había muchos árboles y a lo lejos un pequeño poblado de unas cuantas pequeñas casas.
Era un lugar soñado. El aire húmedo y frío me hacía temblar de emoción.
- Dicen que los que deciden tomar riesgos se acercan mucho al sol, pero esas es la única forma en la descubres tu verdadero camino – Ahora era una persona completamente diferente, con una sonrisa hogareña y ojos más color ámbar que amarillo.
- ¿Dónde estamos? – No paraba de maravillarme con la vista.
- No tengo idea -.
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mente de papel
LosoweDije que yo estaría a cargo ahora, así que si quieres leerlo lo harás; pero si no, no sé para que mierda me haces perder mi tiempo