-¡Jace! -Alec corrió hacia su hermano, abrazandolo.
-¿Estas bien? -Jace preguntó, Alec se separó de él y asintió.
-Si, si. Magnus llego a tiempo y nos salvo. ¿Tu estas bien?
-Si, ¿Como esta Magnus?
-Bien. -Asintió, Magnus estaba en su habitación ahora, descansando. Catarina había sido la encargada de encontrar a Jace y traerlo.
-Jace, estaba muy preocupado por ti, todo lo que Clary hizo...
-No estamos seguros si lo que dicen es verdad.
Alec frunció el ceño. -¿Que? Jace tienen todas las pruebas, las vi, ella es la culpable del daño por que el que pasó Izzy, y de las veces que quisieron herirme. ¿Por qué ellos mentirian sobre eso?
-No lo sé, pero no puedo creerles, confío en Clary, creo en su versión.
-Pero... -Dio unos pasos atrás, entendiendo las palabras de Jace. -¿Que? ¿Tu has hablado con ella? ¿La has visto?
-Alec... -Trató de acercarse, pero Alec se alejo.
-No, no te me acerques. -Sacudió la cabeza. -¿Como puedes hacer esto?.
-Escucha, no voy a darte explicaciones, solo prepara tus cosas y las de Izzy para irnos de aquí.
-No me iré, no me alejare de Magnus, y menos para irme contigo, e Izzy tampoco se irá.
-No era una petición Alec, solo haz lo que te digo.
-No, no estaremos cerca de ti, me da asco que te importe más esa que el daño que nos ha hecho a nosotros. Siempre pensé que mi hermano era perfecto y justo, pero no lo eres, me revuelve el estómago estar cerca de ti...
La mano de Jace se estampó en su mejilla, y casi lo hizo caer, si no fue porque Alec se agarro de la pared.
-No me discutas. Harás lo que te digo, -Alec lo miro, Jace saco una pistola.
-¿O que? ¿Me matarás? Prefiero eso a que estemos cerca de ti o de ella.
-Mataré a Magnus justo frente a ti si no te vas conmigo.
Alec trago saliva. -Te mataran también si haces eso.
-Es lo que quieres, ¿No?
Alec cerró los ojos, suspiro, luego los abrió y lo miró. -¿Cuál es el plan?
(...)
Alec se miró en el espejo, maldiciendo un poco.
Jace nunca le había pegado, jamás siquiera hubiera pensado que podría hacerlo. Y ahora, ahora no tenía ni idea de cómo cubrir el golpe, que aunque no había sido muy fuerte, había dejado una marca en su pálida piel.
Podía decirle a Cat, pedirle que no le dijera nada a Magnus...
La puerta se abrió, y Alec puso rápido una mano en su mejilla, cubriéndose, y luego se giro a mirar.
—¿Qué haces? Debes estar descansando. —Se acercó un poco a Magnus.
—Cat me dijo que ya viste a Jace, ¿como fue?
—Bien, el esta mas o menos bien, es complicado, pero estará bien.
Magnus frunció el ceño y señaló la mano en su mejiila. —¿Qué haces?