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Alec retorció sus manos que estaba en su regazo. A decir verdad, a pesar de que la situación en la camioneta era bastante incomoda. Le desesperaba no poder ver nada. Le habían puesto una venda en los ojos, así no sabría dónde estaba la casa de Magnus.

Tay, que estaba a un lado de él, aclaro su garganta. –Sobre lo que viste...

Alec levanto una mano, esperando que Tay entendiera que se detuviera de decir lo que sea. –No tienes que explicarme nada.

Luego de eso, se recargo en su asiento, y a pesar de tener los ojos vendados, los cerro.

Lo que había visto, evito reírse con amargura, había sido su culpa.

Quería hablar con Magnus, tal vez despedirse bien, preguntar porque lo había besado. Y, sin tocar, abrió la puerta del despacho de Magnus. Se había detenido de golpe. Tay y Magnus estaban ahí, desnudos, Tay sobre Magnus que estaba sentando en la silla. Ellos lo miraron y Alec se disculpó saliendo rápido.

-Ya estamos llegando. –Tay aviso, y suavemente le quito la venda cuando la camioneta se detuvo. Alec le miro. –Magnus quería que te dijera que seguirá bus...

-No. –Alec sacudió la cabeza. –No quiero su ayuda, de hecho, no quiero nada de él. Sera mejor fingir que esto nunca paso. –Medio sonrió. –Aun así, gracias por todo, fuiste una gran compañía.

Abrió la puerta de la camioneta y bajo. Drew ya estaba ahí, esperándolo. Alec corrió hasta él y lo abrazo. Sus lágrimas caían a un ritmo rápido, mojando sus mejillas.

Solía escuchar a la gente decir que su corazón estaba roto, y que le dolía, Alec no entendía antes, ahora lo hacía. No solo su corazón dolía, si no todo su cuerpo.

-Vamos ya, por favor. –Dijo al separarse del abrazo correspondido de Drew. Drew echo una mirada de reproche hasta la camioneta negra que aún estaba estacionada ahí.

No le importaba quienes eran, habían lastimado a su amigo.

Agarro la mano de Alec y lo llevo hasta su carro

Magnus se recargo en el asiento de la camioneta. –Síguelos. –Fue su única orden.

Alec no se había dado cuanta que él estaba en los asientos de atrás.

Román no dijo nada y acato su orden.

(...)

Alec miro desde el carro hasta su casa, las luces estaban encendidas y su corazón latió rápido.

-¿Jace ha vuelto?

Drew miro. –Mierda, eso parece.

Alec se recargo en la asiento, suspirando. No tenía tiempo pata pensar en una excusa que darle a su hermano, se sentía tan cansado.

-Alec, -Drew le hablo, Alec lo miro, -hay algo que tienes saber. –Alec frunció el ceño.

-¿Qué es?

-No te lo dije antes porque no quería preocuparte, pero, Izzy no es la única que desapareció. Eva también.

-¿Qué?

Drew asintió. –La madre de Eva no había tomado importancia, decía que ella solía pasar días sin ir a su casa, pero ha pasado un mes y no ha vuelto. –Drew sacudió la cabeza, -Aun así, ella debió buscar antes.

-¿Y saben algo de ella?

-Nada. –Alec se recargo en el asiento. –La madre de Eva dijo que le diría a Jace, ya que tu e Isabelle estaban perdidos también. Le dije que no, que tu estabas bien y en casa de tu tía. –Hizo una mueca. –Aunque si eso llegó a oídos de Jace, mi mentira se cayó. –Alec se rió sin gracia.

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