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                            Un Ángel torpe

El día en el hospital había sido agotador, infinidad de trabajo pero me alegraba perder ayudar a personas.

Mi celular comenzó a vibrar dentro de el bolsillo de mi bata, lo saqué y lo resoplé aburrido al darme cuenta de quien de trataba.

-Hola- conteste a mi novia

-¡Amorcito!- Saludo eufórica desde el otro lado- Quiero que vengas a mi departamento después de que acabes tu turno- dijo cariñosa.

La idea no me emocionaba en lo absoluto por que no me encontraba enamorado de ella ni poquito. Alyssa era hermosa físicamente pero su personalidad dejaba mucho que desear, era inmadura y extremadamente posesiva.
No me interesaba tener una noche de amor por que simplemente no había,verla me agotaba y cada vez que intentaba terminarle me negaba y me amenazaba con suicidarse poco a poco dejo que ser la mujer interesante y segura de la que me fije, con el tiempo de volví dominante y asfixiante.

-No puedo ir, tengo una emergencia y me quedaré aquí hasta tarde - dije sin más y colgué, mi comportamiento fue el de una verdadera patan pero la verdad no la soportaba ya.

-Doctor llego una joven inconsciente y necesita ser atendida de inmediato, no tiene daños internos

-Que la lleven a la habitación treinta y uno en el bloqueo uno, ya voy para aya - ordene y ella obedeció de inmediato

Al llegar abrí la puerta con lentitud y lo primero que mire fue a una joven dando vueltas por toda la habitación y a una persona - aparentemente una chica - acostada

-Buenas noches - llame la atención de la chica y al verme abrió los ojos sorprendida, se acercó con rapidez

-Amelia Veil - Se presento y estiro su mano, la mirada que me daba la joven me incomodaba un poco.

-Richard Kruspe - Dije estrechando su mano con suma seriedad, no me interesaba coquetear mientras trabajaba.

La joven era muy guapa pero lucia muy a  aniñada para mi gusto, tenia el cabello color rojo sangre y era bastante alta, delgada con curvas sobresalientes, ojos grandes de color negro  muy maquillados haciéndolos ver más grandes de lo que normalmente eran.

Era bonita pero no me llamaba la atención.

-¿Que sucedió ? - Pregunté acercándome a la camilla para ver a la paciente.

Al acercarme me sorprendí, La Niña que se encontraba inconsciente en realidad era hermosa, de echo la palabra hermosa le quedaba corta.

Su cabello era dorado como el Sol, lacio y con ondas en las puntas, su nariz era pequeña y sus labios bien delineados; parecían los de una muñeca de porcelana, sus mejillas tenían un color rosado natural y ni hablar de sus largas pestañas que me llamaban la atención a simple vista.

Estaba idiotizado con esa niña, nunca había visto a una mujer tan más bella como a ella, sin exagerar Preciado un ángel.

-La atropello un coche - Explicaba la joven de cabello rojo, ni siquiera recordaba su nombre.

-¿Fue muy fuerte ? - pregunté revisando sus pupilas con mi linterna.

-Un poco- frunció el ceño mientras  jugaba nerviosa con sus manos.

Por suerte no parecía ser grave

Minutos después la hermosa niña se removió en la camilla y frotó sus ojos con fuerza. Al abrirlos me quede mucho más impactado de lo linda que era.

Sus ojos color miel brillaban. Ella se tocó la cabeza haciendo una mueca de dolor y al observar todo a su alrededor se preocupó.

Cuando noto mi presencia se sorprendió mucho mas, pero también lucia confundida, me había gustado saber que estaba pensando en ese preciso instante.

-Tranquila todo está bien- dije sonriendo para brindarle tranquilidad, ella esbozó una sonrisa igualmente. Era increíblemente dulce

-¿Donde estoy ? - preguntó como un hilo en la voz

-Estás en el hospital por que tuviste un accidente, al parecer la señorita no sabe cruzar la calle - reproche y ella rio. Estaba matándole por dentro por no acariciarle la mejilla.

Un ángel

Ich tu dir weh *Terminada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora