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𝗖𝗶𝗻𝗰𝗼 𝗛𝗮𝗿𝗴𝗿𝗲𝗲𝘃𝗲𝘀, a sus 48 años el quinto de los Hargreeves sigue trabajando para la comisión y es enviado a una nueva misión en la cual está vez no tendrá que asesinar a alguien, sino que tendrá que salvar y proteger a esta...
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Octubre 1978
La niña paso la primera noche en mí departamento muy tranquila pues con todos los calmantes que el había dado no le quedó de otra que dormir profundamente sin molestar a nadie.
Yo por otro lado casi no pude pegar el ojo, me parecía increíble tener que hacerme cargo de una niña cuando en misiones previas había tenido que matar a gente muy importante. Al parecer pase de sicario a niñero.
Después de ofrecerle un desayuno a la chica le indique que se de una ducha pues la llevaría a comprar algo de ropa y otras cosas de más de necesidad.
Ella salió y con su mismo informe con el que la saqué del orfanato - solo que ahora más limpio - salimos aun centro comercial.
En el camino estuvo muy callada, mirando temerosa la ciudad y todo a su alrededor. Era todo muy distinto a lo que ella había visto, no pregunto nada supongo que sigue asustada.
— debemos comprar ropa y objetos de primera necesidad — comenté — abrigos, un par de blusas y pantalones o si prefieres ropa similar a la que traes, artículos de higiene etc — ella con la mirada en el piso solo hizo un sonido dándome a entender que aceptaba.
Caminamos a una tienda de ropa juvenil, muchas muchachas pasaban por ahí con ropa colorida muy de acuerdo a la época, podía notar como Isabella se sonrojaba y quedaba impresionada cada vez que veía a algún adolescente con ropa corta o llamativa.
Llegamos a una sección donde habían algunos vestidos ella miraba pero no se atrevía por ninguno, algo desesperante ya que yo odiaba estos lugares por la cantidad de personas que habían en el.
— ¿Porque no eliges uno? — pregunté tratando de no sonar mal.
— Son muy cortos — murmuró tímida — no creó que sean apropiados para mí —.
Al ver su larga falda entendí que al ser de una época distinta era más que obvio que la ropa iba a parecerle poco decente.
— Es porque no estás acostumbrada a esta lugar, si no te sientes cómoda usando un vestido arriba de las rodillas puedes elegir tal vez un conjunto más reservado, solo debemos buscar— propuse y algo temerosa asintió —.
Al pasar por los distintos pasillos tomamos la ropa que la hacía sentir cómoda que era lo importaba. Casi llendo a la caja para pagar me di cuenta que ya no se encontraba a mi costado.
Maldiciendo empecé a buscarla por todo el establecimiento, encontradola por fin parada frente a un maniquí el cual portaba un lindo vestido rojo, ella lo miraba con atención y parecía alabar cada detalle de aquella prenda.
— ¿Tambien quieres llevarlo? — pregunté sacándola de sus pensamientos —.
— Usted dijo que solo llevaríamos lo necesario — respondió.
— Si pero en vista de que el que va pagar no voy a ser yo, no me importa si lo agregas a la cuenta — dije y ella negó —.
Sin más la guíe hacia la caja donde una cajera para la cual no se veía nada amable. Empezó a pasar los productos por la máquina registradora.
— Efectivo o tarjeta? — pregunto la cajera con un tono raro debido a la goma de mascar que tenía en la boca.
— Efectivo — respondí serio.
— Desea agregar uno de nuestros bálsamos labiales con sabores frutales — señaló el aparador que tenía junto a ella.
Isabella miró apenada el anuncio donde se mostraban estos — Es pintura en los labios — murmuró tímida —.
— Es maquillaje — hablo entre dientes la cajera ganándose una mala mirada mia.
— Se ve rojo en los labios... — Isabella fue interrumpida
— Es nuestro bálsamo cherry bomb, sabor cereza — lo metió en una bolsa — son 9.99 — extendió su mano y sin querer seguir viendo a esa desesperante mujer pague y salí de ahí.
Fuimos a una farmacia donde compramos objetos de higiene y luego volvimos a casa.
En todo el camino a casa estuvo muy callada, al darme cuenta de eso note que se había quedado dormida. Al llegar la tomé en brazos y con ella empecé el camino hasta mi departamento el cuál afortunada me quedaba solo en el segundo piso del edificio.
Al tenerla cerca pude notar el olor de mi shampoo en su pelo, pude detallar su rostro y las muy bellas facciones que tiene. Realmente era una joven muy bella.
La más bella de todas.
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Webonas!!!
Maratón 1/3
Hasta que me digne a volver a escribir algo por aquí, pero en fin no sería yo si no me desaparecieran cada tanto tiempo¿Cierto?
