III

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Llegó el día en que viajé a "San Antonio", ya estaba cerca de Gisselle.

Quería ir lo antes posible a conocerla pero ella me hizo esperar por varios días.

Me acuerdo que desperté muy temprano el día Viernes trece de Febrero, sólo quería estár a su lado.

Fuimos en auto con mis papás, yo veía el mapa en mi celular a cada rato y le avisaba a la Gisselle que ya quedaba poco.

Ella estaba muy nerviosa, yo sólo un poco. Tenía muchas ansias de abrazarla.

Finalmente llegué a su casa y ahí me puse nervioso. Vi salir a su mamá, la saludé y saludó a mis papás.

Me hicieron pasar a la casa y yo tenía un poco de miedo. Entré y vi a su hermana, ella se reía y miraba a la cocina. De pronto vi a la Gisselle, en realidad sólo vi su pelo que rozó mi mejilla, la cual besó para saludar.

Me hicieron sentar en el sillón, yo estaba en un extremo y la Gisselle en el otro. Mi papá hizo que ella se acercara a mí.

Seguía mirando su pelo porque ella me daba la espalda, no decía nada. Después de una larga charla entre nuestros padres quedamos solos y ella se acercó de inmediato a mí.

-Por fin estamos juntos. -Le dije feliz.

Nos abrazamos por un buen rato y le acariciaba el pelo.

En un momento tomé su cara e hice que me mirara, pude observar cada detalle de ella. Era tan hermosa. Sus ojos me decían muchas cosas.

Nos entregamos los regalos que teníamos, ambos teníamos un peluche y chocolate.

Salimos al patio y me mostró a sus perros. Ella me pasaba mirando y yo a ella.

Ambos pedíamos a gritos un beso, se notaba en nuestras miradas.

Su mamá nos llevó al supermercado que queda cerca de su casa para comprar helado y cosas para comer.

Cuando veníamos de regreso dejamos que su hermana y su mamá se fueran adelante de nosotros. Cuando ya las perdimos de vista fuimos a un poste y nos abrazamos y nos mirábamos demasiado, ella aún tenía algo de vergüenza.

-¡Mi papá!. ¡Corre!. -Dijo cuando vio el auto de él pasar.

Yo sólo seguí a ella. Llegamos a su casa y saludé a su papá algo asustado por lo que podría decir. Preguntó dónde andábamos y la Gisselle le respondió que veníamos del supermercado.

-No pasó nada. Sólo un abrazo. -Dijo la Gisselle preocupada.

A su papá le dio igual, él sólo quería que no le estuviera mintiendo.

De a poco empezamos a entrar en confianza.

Esperando la tarde nos quedamos sentados en el sillón, ella me miraba y yo le hacía cariño. Se notaba demasiado que quería darme un beso, yo quería dárselo cuando estuviéramos en el parque o algo así pero no aguantaba las ganas de sentir sus labios.

-¿Estás segura?. -Le pregunté mientras miraba mis labios.

Estábamos muy cerca uno del otro y de a poco fuimos acercándonos más. Al sentir sus labios rozar con los míos pasaron mil cosas por mi cabeza. Sentía que estábamos sellando algo. El primero fue algo corto pero muy tierno, nos miramos y seguimos. Era una conexión de miradas que sólo nosotros dos entendíamos.

Al llegar la tarde fuimos al parque e hicimos cosas que teníamos pensado hacer. Ella se recostó sobre mí por un rato mientras la acariciaba. Aún no creía que estaba con ella.

Nos besamos reiteradas veces hasta que se hizo algo tarde, volvimos a su casa como si no hubiese pasado nada. Antes de entrar le di varios abrazos. Ella sólo se dejaba querer por mi parte y se reía.

Quiero Irme LejosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora