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Ya era el tercer día en su casa y no me quería ir, sólo quería pasar al lado de Gisselle.

Mis padres me fueron a buscar y volvimos a la casa de mi abuela.

Cuando llegué me molestaban mucho, ya todos sabían que pasaban cosas entre la Gisselle y yo.

Tuve que esperar unos días para poder verla de nuevo.

Llegó el Miércoles, día dieciocho para ser exacto. De nuevo me levanté temprano para ir a verla, sólo que está vez llegué algo tarde por problemas que hubieron por el camino.

Pero como siempre, cuando la vi me dio lo mismo todo. Sólo contemplaba sus bellos ojos y su linda sonrisa cuando reía.

Me quedé por tres días más.

Fuimos al cine en la tarde, iban a dar "Las cincuenta sombras de Grey".

Llegamos al cine con sus amigas y nosotros dos nos quedamos atrás, compré palomitas y jugos.

Logramos entrar a la sala del cine y fuimos a unas butacas que estaban alejadas de sus amigas.

Nos sentamos, nuestras miradas se unieron y nos besamos.

Ella aún no creía que estábamos juntos, sólo se reía por los nervios.

En el transcurso de la película hubo una escena incómoda, nos sentimos identificados.

Ella trató de esconderse detrás de mi hombro mientras yo reía.

-¡Nos copiaron!. -Exclamé.

En la pantalla se mostraba la escena del ascensor. Fue muy similar a lo que nos pasó días antes. Apenas se cerraron las puertas, Christian Grey y Anastasia tuvieron una conexión y empezaron a besarse e hicieron casi lo mismo que hice con la Gisselle hasta que se detuvo el ascensor.

-Nos grabaron. -Le dije mientras ella seguía un tanto avergonzada y a la vez reía.

Al finalizar la película quedamos con ganas de ver más, era muy monótona, siempre se repetía lo mismo.

Volvimos a su casa y vimos una película de terror en el living, ambos estábamos en el sillón y dejaba que le acariciara el cabello . Ella se trataba de esconder en mí cuando habían escenas algo tensas, yo sólo la miraba, era muy adorable.

Como las otras noches nos quedamos hasta tarde, yo trataba de aprovechar todo mi tiempo con ella porque sabía que no la iba a ver por un buen tiempo.

En la madrugada del segundo día en su casa no dormí, me quedé haciendo flores con goma eva y otras de papel. Estaba decidido, quería algo serio con ella pero no tenía como pedirlo.

Su mamá se despertó como a las seis de la mañana, vio que tenía la luz prendida de la pieza donde yo estaba y entró. Me miró y me preguntó qué hacía, se sentó en el borde de la cama y quedó mirando como trabajaba. Después de un rato me trajo desayuno y nos quedamos conversando. Ella sólo observaba como con paciencia hacía las flores para decorar la pieza de su hija.

Llegó Gisselle a su pieza en la mañana pero no le pude decir nada porque estaba su mamá. Hubiese sido incómodo proponerle algo al frente de ella. Yo quería que se topara con la sorpresa de las flores y aprovechar ese momento para decirle todo lo que pensaba de ella y todo lo que sentía

Gisselle entró y miró hacia todos lados, en el respaldo de su cama habían diez flores hechas con papel y por toda su habitación habían flores de goma eva de distintos colores.

-¿Qué es esto?. -Preguntó mientras tomaba las flores y las veía.

-Son para ti. -Le dije un tanto nervioso mientras esperaba su respuesta.

-Están muy lindas. Y son muchas. -Dijo alegre.

Su mamá salió de la habitación y lo primero que hizo Gisselle fue darme un abrazo, unos besos y las gracias por las flores.

Fue un día hermoso otra vez, como no iba a serlo si estaba al lado de la persona más maravillosa que he conocido.

Llegó la tarde y decidimos salir a caminar, compré una botella de agua y fuimos al mall a dar una vuelta. Primero pasamos al supermercado, vimos unas máquinas dispensadoras de pelotas saltarinas, ambos compramos una y las intercambiamos, yo sólo observaba como ella jugaba con su pelota. Entramos al mall y subimos un par de pisos hasta dar con una cabina fotográfica que se encontraba en este lugar.

-¡Vamos!. -Le dije entusiasmado mientras apuntaba a la cabina.

Ingresamos al interior de esta y nos sentamos, dejé la botella de agua a un lado y empecé a ver los ajustes para las fotos. Le pregunté qué diseño quería y cosas así a la Gisselle. De pronto en la pantalla salió una cuenta regresiva y ella escondió su cabeza hasta que le dije que ya había salido la primera foto, levantó su rostro y lo puso frente al mio, empezamos a besarnos esperando las siguientes dos fotos. Al salir de la cabina retiramos las fotos, yo salí horrible en la primera, pero en las otras dos no me notaba tanto. Ella se puso a reír de mí al ver mi rostro en la primera foto, quedamos en volver a tomarnos más fotos otro día.

Volvimos al supermercado para comprar leche, iba a hacer panquques cuando llegara a su casa.

A ella le dio sed y me pidió agua, al darnos cuenta que no tenía la botella en mi mano nos reímos porque se había quedado en la cabina.

-Que eres tonto, ¿Cómo se te pudo quedar arriba?. -Dijo.

Ella quería volver a buscarla pero a ambos nos dio flojera, así que compré otra botella de agua.

Volvimos a su casa y empecé a cocinar, busqué un delantal y me lo puse como mandil de chef. Gisselle me grababa mientras preparaba la mezcla. Cuando llegó el momento de usar el sartén le pedí ayuda, en realidad quería cocinar con ella.

Le enseñé un par de cosas y le ayudé a medir las cantidades que debía verter de mezcla en el sartén. Lo malo era que ella dejaba en el fuego los panqueques y se marchaba a hablar con su mamá, al final yo terminaba de hacer los suyos.

Rellenamos los panqueques y los dejamos en la mesa para que todos comieran.



Quiero Irme LejosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora