Su corazón latiendo con fuerza y sus piernas flaqueaban de vez en cuando, no era sencillo para Ladybug cargar a n civil y maniobrar entre los techos de la ciudad. A lo lejos alcanzó a distinguir un espacio entre unos edificios, observando cada rincón del callejón donde había decidido saltar y esconderse, respirando aliviada y bajando al muchacho que traía en el hombro. Al haber aterrizado, corrigió su postura y centró su atención en aquel civil rescatado: Adrien Agreste. La heroína usaba toda su fuerza de voluntad para impedirse caer ante la sonrisa cálida y encantadora que le proporcionaba el muchacho.
—Gracias por salvarme, Ladybug —le dijo con una sonrisa, la cual casi hace babear a la muchacha del traje punteado, haciendo que sus nervios florecieran de golpe.
—Es mi trabajo, cariño —habló ensimismada, percatándose al instante que se estaba doblegando a sus encantos y pisó sus palabras rápidamente— Quise decir niño, ya sabes, el cansancio me está afectando un poquito
Su memoria trajo aquel recuerdo flotante del porqué se encontraba en aquella situación, sacudiendo su cabeza de lado a lado para volver a concentrarse. Intentando no mirar aquellas esmeraldas que lograban derretir su corazón y atravesar su alma. Carraspeó un poco, intentando aclarar su garganta y pensamientos, volviendo a aquella faceta fuerte y llena de determinación. Volteó un poco al recordar que dejó a su compañero enfrentarse al akumatizado él solo, por lo que, con suma prisa, le entregó una caja octogonal al rubio, sintiendo aquella confusión.
—Adrien Agreste, —comenzó a decir con cuidado de no vacilar, asegurándose de ver en la dirección de sus ojos pero no realizar contacto visual y así dispersar aquellas mariposas que revoloteaban en su estómago — este es el miraculous de la abeja que te dará el poder de inmovilizar a tus enemigos. Lo usarás para el bien común —sonrío al ver que estaba logrando afrontar sus sentimientos y ser seria en su puesto como heroína de París— y al terminar la misión me devolverás el miraculous. ¿Puedo confiar en ti?
—Jamás te defraudaría, Ladybug —dijo el rubio sin vacilación alguna abriendo aquella caja que se le había entregado hace unos momentos.
Al abrir aquel contenedor, de madera negra y detalles rojizos, sus ojos se cegaron ante una fuerte luz dorada que comenzó a dar vueltas a su alrededor como si estuviera bailando al mismo tiempo, parando justamente frente a sus ojos. Prontamente una silueta, semejante a una abeja se materializó frente de él y recibió una reverencia.
—Hola, majestad. Mi nombre es Pollen —sus palabras denotaban debilidad y algo de tristeza que punzaba quella frase, teniendo en igual cantidad una carga de temor sobre su voz.
Adrien solo podía observar aquella abeja y algo dentro de si mismo empatizaba con las sensaciones que emanaban de aquel ser.
—Soy Pollen —volvió a repetir, llamando la atención de Adrien con la firmeza con la que había empezado esta vez—, y soy el kwami de la acción. Para poder recibir mis poderes solo alza tu voz y di: ¡Pollen, a zumbar!
Adrien, quien se había colocado aquella peineta entrelazando sus dientes con el cabello intentando que se quedase en su lugar, miró al ente y luego a la chica de traje rojo, repitiendo la acción un par de veces. Suspiró profundamente y trató de relajar su cabeza un instante. ¿Realmente estaba listo para ser un héroe y combatir al mal que azotaba a la ciudad? Respiró un par de veces para pensar con suma claridad con la intención de impedir que sus miedos y pensamientos negativos lo consumieran en poco tiempo. Su decisión llegó cuando recordó que su padre estaba en peligro por aquel akuma que andaba suelto.
—¡Pollen, a zumbar! —al decir aquello podía sentir como su cuerpo era invadido por una extraordinaria fuerza que lo llenaba de coraje y valentía hasta lo mas recóndito de su ser.
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Lukadrien shorts
FanfictionAquí habrá una serie de one-shots, AU y songfics de mí pareja miraculer favorita. Espero sea de su gusto.