Voluntad y Amistad

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¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que escuché la voz de Adachi? 

¿En general? No estaba segura. Sin embargo, en cuanto a escucharla dentro del aula a la que nos habíamos transferido para nuestro segundo año, esta podría haber sido la primera vez. 

"Shimamura" me había llamado una voz. Gire mi cabeza, solo para encontrar a Adachi parada allí. La piel alrededor de sus labios y nariz había estado visiblemente tensa, haciendo que su expresión pareciera bastante rígida. De manera similar, la forma en que se movía era tan torpe como siempre, casi como si fuera una máquina con una necesidad desesperada de lubricación. No puedo enfatizar lo suficiente lo poco natural que se sentía; realmente me encontré preguntándome si sus huesos se estaban rozando entre sí. 

Entonces, ella había venido a la escuela. Eso probablemente también significaba que había estado en lo cierto acerca de que ella estaba en el polideportivo. 

No fui la única sorprendida por la repentina aparición de Adachi; las otras chicas también habían dejado de comer y ahora la miraban confundidas. 

"¿Puedo sentarme a tu lado?" ella me preguntó. Personalmente, no me importaba, pero ¿qué hay con el resto? 

Traté de examinar sus reacciones, pero en base a sus ojos ansiosos, ocupados tratando de mirar a otro lado, estaba bastante claro que nadie iba a decir nada. 

"Sé mi invitada." 

Ella me había preguntado específicamente, por lo que tenía sentido que yo fuera la que respondiera. Con eso en mente, la invité a entrar. Bueno, digo eso, pero en realidad no teníamos una silla extra preparada. Girando mi cabeza, escaneé el aula en busca de alguna libre que pudiéramos usar. Sin embargo, cuando volví la vista, Adachi ya se había agachado en el piso junto a mí. Supongo que eso se encargó de ello. Después de esto, colocó la bolsa del comedor escolar que había estado cargando sobre la mesa. 

El ruido sordo que hizo la bolsa me llevó a mirar más de cerca. Digamos que me sorprendió lo que vi. 

"Tienes bastantes de esos, ¿no?" 

En el interior, había tres, o tal vez incluso cuatro pasteles individuales. ¿Quién era ella, Yashiro? ¿Realmente podría comer todo eso sola? 

"Si quieres, puedo darte uno" dijo Adachi, girando la bolsa en mi dirección. Ya estaba a la mitad del que había comprado antes, aunque supongo que, si estaba dispuesta a ofrecerme algo gratis, al menos valía la pena echarle un vistazo. Además, ella se había vuelto generosa, ¿No? Recordaba claramente que se molestaba ante la idea de tener que entregarme dinero cuando iba a comprar el almuerzo en las primeras etapas de nuestra amistad.  

Comparé los pasteles delante de mí, y de estas opciones, el bollo de mermelada parecía el más delicioso. 

Y aun así, aún dudaba en alcanzarlo. 

"Hmm..." 

Mis ojos se movieron hacia la región de mi estómago. Quería agarrarme de los costados y ver cuánto peso extra estaba empacando, aunque al estar frente a todas, obviamente no hice eso. De todos modos, no había forma de que Adachi pudiera comer todo esto sola, y con eso en mente, finalmente terminé aceptando su amable oferta, tomando el bollo de mermelada. 

"¿Quieres uno más?" 

"No, no creo que pueda comer tanto. Gracias." 

La expresión rígida en el rostro de Adachi comenzó a desmoronarse cuando le di las gracias. Muy débilmente, podías ver las comisuras de su boca torcerse en una sonrisa. 

Pudo haber sido debido al hecho de que todos los músculos de su cara se habían tensado y que la punta de su nariz ahora parecía ligeramente rojiza. 

Adachi to Shimamura Volumen 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora