Prologo

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—¿Que es un superhéroe? —preguntó el alien humanoide. Abrí los ojos y miré al Argoryan delante de mí—. Tengo curiosidad —añadió.

Todo el mundo cree que realizar una hazaña y vestir un lindo traje te vuelve uno. Pero nunca estarían más equivocados. Cualquier persona puede hacer una hazaña, cualquier persona podría salvar el mundo pero un superhéroe no puede ser cualquier persona. Por eso, realizar una hazaña no convierte a alguien en un superhéroe y menos vestir un trajecito hecho por su mamá.

¿Qué es un superhéroe?

Hmm... Un superhéroe es aquél que entre un mal menor y uno mayor elige crear un camino distinto, porque un mal es un mal sin importar que tan pequeño sea.  Aún si ese camino lleva al héroe a su muerte. Pero..., ¿qué en realidad creo que es un superhéroe? Un tonto dispuesto a morir ayudando a otros. Pero que se pregunte en el momento que necesite ser salvado, que necesite ayuda, ¿quién lo ayudará? Será abandonado, los otros superhéroes no lo vendrán a ayudar, no sabiendo que pueden morir. ¿Salvar a la humanidad? ¿Luchar contra villanos? ¿Evitar invasiones extraterrestres? Puede hacer incontables hazañas y al final seguirá siendo un tonto. ¿Sacrificándose para que sus compañeros escapen? Debe tener poco amor propio.

—Un tonto —le respondí al Argoryan, el cuál se asustó por mi voz ronca y sin vida, mi mirada vacía que parecía presencia del abismo. Era obvio que ya había llegado a mi límite, al límite de un héroe.

El límite de un héroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora